Imaginemos por segunda vez...
Sus guardias de seguridad extienden sus brazos para cubrirnos. Las manos de Justin sujetan con fuerza mis muslos y continua caminando. Pretendía no escuchar mis súplicas de que me bajará y atraviesa la puerta. El frío golpea mi cuerpo y deseaba haber traído al menos un abrigo. Siento como poco a poco mis pies tocan el suelo y lo observo acomodar el cuello de su camisa.
— ¿Vas a decirme donde vives? — Me da una mirada rápida —. No hay nadie aquí como veras...
«¿Que acababa de decir? ¿Por qué me distraje mirando sus manos?»
— Oh... sí, ¿donde estamos? — Entrecierro mis ojos dudosa —.
— Un estacionamiento que solo lo utilizan los famosos para una escapa más rápida — Encoge sus hombros, sonriendo. —
— Dudo que pueda conseguir un taxi aquí. ¿Por donde puedo salir? — Cruzo mis piernas para evitar tener frío —.
«Idiota, él pensará que quieres hacer pis». Me enderezo.
— ¿Por qué no me dejas que te lleve a casa? — Da un paso hacía adelante —.
— Porque mi novio pasará a buscarme — Cruzo mis brazos debajo de mis pechos y él echa una mirada para luego volver a mirarme a los ojos —.
— Tu novio... ¿Esta adentro? — Acaricia su nuca —.
— Sí — Miento —. Quizás este desesperando buscándome.
— Pero mírame, soy una mejor opción — Me guiña un ojo —.
«Una mejor opción que cualquier adolescente hormonal, sí, dios sí. »
— ¿Que edad tienes? — Rompe mi burbuja y vuelvo a la realidad —.
— Diecisiete — Cierro mis ojos y abro uno para ver su expresión. Oh si, la misma que todos los hombres —.
— Oh... Creo que te he salvado de que caigas en manos en un hombre pervertido — Ríe —.
— ¿Y tú que sabes si eso era lo que estaba buscando? — Sonrío con malicia —.
— Entonces has encontrado uno, a mí. Sube al auto. — Abre la puerta de acompañante y hace un gesto de invitación con su mano —.
«Creo que el alcohol ha bajado y estoy jodidamente caliente»
