Celo.

Acababan de salir de un extraño mundo sin magia... Su cuerpo se sentía raro desde hace mucho tiempo, sentía una inmensa calor.

Habían llegado a un mundo completamente hecho de hielo.

Corrían de el escarabajo hasta que alguien hizo que se congelará.

Repentinamente sintió un golpe de feromonas con olor a menta en su nariz.

La tapo rápidamente y miro hacia atrás.

Ahí estaba un tipo raramente parecido a el. Se dió cuenta de inmediato que se trataba de un Simon.

Platico por algunos minutos con el, hasta que sintió la sensación de que algo escurría de su entrada.

Cerro sus piernas con fuerza y corrió hasta llegar a Fionna.

La llevo a un lugar desolado y empezó a hablar.

—¡Fionna!

—¡Wow, viejo! Tranquilo, tranquilo, ¿Que te sucede?

—Fionna, eres una alfa, ¿Es que acaso no lo hueles?

—¿Hmm? ¿Oler que?

—Uhg, estoy en celo, necesito separarme de ese tipo.-Dijo jadeando un poco.

—¡Ah! Ya veo. ¿No es peligroso que esté junto a mi también?

—Me di cuenta hace rato que eres una alfa pero estás defectuosa. No pareces percibir el celo ni los olores a no ser de que estos tengan un olor que te llame.

—Estas en lo correcto. ¿Que hago?

—Solo mantenme alejado de el.

—Entendid-

Una voz los interrumpió.

—¿Por qué querrías alejarte de mi? Lindo Simon.-Dijo una voz ya conocida.

Simon se tenso al sentir ese olor que lo estaba volviendo loco.

Empezaba a odiar a Prismo, el tuvo toda la culpa, sabía que él era omega y no le dió ni siquiera un miserable supresor.

Antes, cuando tenía a su querida Betty todo era sencillo. Ella era una linda alfa con quién estaba apunto de enlazarce de por vida...

—Uhg, viejo. Nos descubrieron.-Dijo Fionna en mi oído.

—Di algo, vamos.-Dijo Simon entre dientes.

Al no poder mentir soltó toda la verdad haciendo que Simon se pegará fuertemente un palmazo en la cara.

—Simon es un Omega y está en celo, no tiene ni siquiera un miserable supresor. ¿Puedes ayudarlo?

¿Cómo demonios le iba a pedir a un alfa que ayudará a un omega en celo?

Su conciencia comenzaba a perderse, estaba empezando a excitarse.

—Oh, claro que te ayudo.-Dijo pícaramente.

—N-no, e-estoy, ah~, bien así.-Dijo entre gemidos.

El Rey Invernal lo cargo estilo princesa y se lo llevó del lugar.

—No te preocupes, bella Fionna, el estará bien mañana.

Fionna solamente asintió estando muy sonrojada y creando escenas inapropiadas en su cabeza.

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Simon fue arrojado a la cama del más alto con una medida fuerza. El más alto comenzó a olfatar su cuello.

—Hueles tan bien...

—Uhg~

Simon no podía hacer nada, era mucho más alto que el y tenía más fuerza.