Dos

26 4 0
                                    

- ¿Volvieron a entrar esos chicos?

Esa voz fue lo primero que escuchó al entrar a la casa, seguida de aquella imagen de una mujer extravagante de alta sociedad, con un gran vestido y joyería mirando por la ventana, sus manos cruzadas frente a su abdomen junto a una postura recta.

- Si, pero no se preocupe. Logré conseguir sus nombres y familias al igual que les di una advertencia, no se volverán a acercar a la casa, Madre.

La mujer se acercó acariciando su mejilla con delicadeza dedicándole una leve sonrisa. Taehyung de igual manera sonrió, dejando ver aquella bella sonrisa cuadrada que su abuela tanto le halagaba.

- No sonrías tanto, te saldrán arrugas. ¿Regaste los tulipanes blancos y alimentaste a los peces del estanque?

De manera casi instantánea su sonrisa se desvaneció, volviendo a aquella expresión seria mientras asentía con su cabeza, dio un paso hacia atrás he hizo una leve reverencia hacia su madre para indicarle que se retiraría a su habitación nuevamente.

En cuanto llegó a la habitación se dirigió hacia el asiento bajo su ventana, tomando su diario en el camino. Luego de varios minutos comenzó a escribir como solía hacer todas las tardes, desahogar de alguna manera todos aquellos sentimientos que tenía en su interior.

Esto era lo único que podía hacer ya que su madre le negaba ir más allá de los muros de su hogar, le decía que el exterior era un mundo hostil, lleno de peligros y odio, pero eso solo le hacía preguntarse que tan malo podía ser ¿en verdad es tan peligroso como ella le decía? La historia de su vida cada día le recordaba más a aquél libro de esa dulce princesa rubia de cabello largo, tanto que era difícil hasta peinarlo, encerrada en aquella torre... Pero al menos ella tuvo alguien que logró rescatarla de aquel lugar al cumplir los dieciocho años.

Cuando Taehyung era pequeño creía que su abuela era ese alguien, pero a medida que crecía quería más, quería poder besar a alguien como leía en todos esos libros, que alguien lo besara con tanto amor y cariño que lo haga olvidarse de todo. Pero en lugar de eso obtuvo un encierro mayor.

Sólo deseaba lograr cumplir la mayoría de edad para que ese alguien venga a rescatarlo, los años pasaron y su decepción fue inmensa cuando notó que dentro de unas semanas ya cumpliría veinticinco años y su misterioso alguien, jamás apareció...

Sus ojos se cerraron lentamente, cayendo profundamente dormido mientras escribía logrando por fin abrirlos unas cuantas horas después, cuando el cielo era de un oscuro azul y las pequeñas ranas del estanque formaban la melodía más relajante escuchada. Abrió su ventana inhalando el dulce aroma que había en el aire. Sin dudarlo mucho más salió por esta, sentándose en el borde de esta observando el bello paisaje.

Minutos después notó unas luces aparecer atrás de los muros, nuevamente eran aquellos tres chicos, por lo que rápidamente volvió a entrar en su casa, cerrar la ventana y tomar su chaqueta para correr al primer piso, saliendo al jardín sin que nadie lo notase, quería espiar lo que esos chicos decían y hacían a esas horas.

- Esta casa es hermosa.

La voz de aquel chico de cabello largo y tatuajes fue la primera que escuchó.

- Te pareces a mi abuela diciendo esas cosas, Jungkook.

El comentario fue acompañado de una dulce carcajada, lo cual hizo sonreír a Taehyung.

- Tiene razón con lo que dice, la casa es hermosa y tiene un patio increíble. Y el invernadero se ve genial, no es solo una tela impermeable como tienen los del pueblo.

Taehyung no dejaba de sonreír por aquellos comentarios tan lindos por parte de esos chicos que el había catalogado como bandalos.

- Cierto, las paredes y techo son de cristal y dentro se ve tan acogedor. Entiendo que ese hombre me haya querido golpear por entrar ahí... Pero se veía tan hermoso...

- ¿Quién? ¿El chico o el lugar?

Nuevamente el comentario fue acompañado de una carcajada, pero esta vez no fue una sonrisa lo que mostró Taehyung, esta vez fueron unos ojos ampliamente abiertos y una mano dirigiéndose a su boca por la sorpresa.

- ¡Jung Hoseok!

- ¡Shh! Cállense ¿no ven que en cualquier momento podría salir alguien de la casa? Si eso pasa dense por muertos, nuestras madres nos mandarán a la iglesia todo un mes como castigo si se enteran.

Después de una hora, los chicos decidieron irse, haciendo que Taehyung se sintiera triste nuevamente, le parecían tan amigables y divertidos estos chicos que no lograba entender porqué su madre decía que eran tan peligrosos.

OUR TRUTH  «Taekook» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora