IV - La desunión y decadencia

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Las elytras y las Ciudades del End habían abierto un nuevo capítulo de exploración y logros en Mineraar. Pero ahora, el grupo enfrentaba un desafío aún mayor: la temida criatura conocida como el Wither. Para invocar a esta criatura peligrosa, debían construir una estructura en forma de T utilizando arena de almas y colocar tres cráneos de esqueletos de Wither, obtenidos en las fortalezas del inframundo. Preparándose para esta tarea arriesgada, reunieron un grupo y se aventuraron en busca de los esqueletos necesarios.

La caza de los esqueletos de Wither los llevó a la misma fortaleza donde habían obtenido las varitas de blaze para los ojos de ender en una aventura anterior. Después de un arduo esfuerzo, finalmente obtuvieron los cráneos necesarios para invocar al Wither. La tentación de hacer una broma a Ench, construyendo la estructura debajo de su casa, cruzó sus mentes, pero rápidamente se dieron cuenta de que esto pondría en riesgo a Ench y a todo Mineraar, ya que el Wither era conocido por su destructividad.

Sin embargo, la decisión de Sebastián de enfrentar al Wither por su cuenta tomó a todos por sorpresa. Aunque su intención era evitar que Mineraar sufriera daños innecesarios, la acción fue detectada por el grupo, que acudió rápidamente al inframundo para unirse a la lucha.

La batalla contra el Wither fue intensa, y cada miembro del grupo hizo su parte para derrotarlo. Finalmente, fue Bruno quien asestó el golpe final y obtuvo el botín por la derrota del Wither: la preciada Estrella del Inframundo. Este objeto tenía el poder de construir un faro mágico, conocido como "beacon", que proporcionaría mejoras significativas en ciertas habilidades para aquellos que estuvieran cerca de él.

Sin embargo, aquí es donde surgieron las tensiones en Mineraar. Bruno, conocido por su tendencia a priorizarse a sí mismo, decidió no usar la Estrella del Inframundo para crear el faro. En cambio, quería mantenerla como un trofeo en honor a una aventura pasada llamada "Islandcraft". Leo y Sebastián estaban desconcertados y molestos por la actitud egoísta de Bruno. Insistieron en que la estrella debería ser utilizada para el beneficio común de Mineraar.

La negativa de Bruno a ceder la estrella desencadenó tensiones crecientes en la comunidad, amenazando con dividir a Mineraar en medio de un conflicto interno. La pregunta que ahora enfrentaban era si podían resolver sus diferencias y mantener la unidad que tanto habían valorado hasta ahora.

La escalada de tensiones en Mineraar había llevado a una división cada vez más profunda entre los miembros del grupo. Aunque Sebastián intentó mantenerse neutral, su apoyo tácito a Leo en la disputa por la Estrella del Inframundo se volvió evidente. Las tácticas de presión, como los mensajes en la casa de Bruno, no lograron doblegar la terquedad de este último.

Finalmente, sintiendo que la situación se tornaba insoportable, Sebastián tomó una decisión radical. Abandonó Mineraar y se adentró en el inframundo, un lugar hostil lleno de peligros. Exploró estas tierras infernales, enfrentándose a la lava, el fuego y los demoníacos habitantes del inframundo. Encontró refugio en un acantilado que se alzaba sobre un mar de lava, un lugar que representaba un equilibrio entre la belleza y la amenaza constante.

En ese nuevo hogar, construyó un refugio modesto y adoptó a unos lavagantes como mascotas. Se ganó la confianza de los piglins locales y se dedicó a explorar y sobrevivir en un entorno desafiante. Su dieta consistía en carne de hoglins y otros alimentos que había traído consigo desde la superficie.

La relación con Bruno se volvió aún más tensa cuando este se enteró del refugio en el inframundo de Sebastián. Le envió mensajes desafiantes y amenazadores, llamándolo cobarde y desafiándolo a un enfrentamiento cara a cara. Sin embargo, Sebastián optó por mantener en secreto la ubicación exacta de su base, compartiéndola solo con Leo y Ench, en quienes más confiaba.

A pesar de su retiro, Sebastián aún sentía un vínculo con Mineraar y ocasionalmente regresaba para supervisar la zona. Sin embargo, en su ausencia, ocurrieron eventos devastadores. La cabaña original que él y Leo habían construido fue incendiada, y aunque culparon a un rayo durante una tormenta, la sospecha de Bruno era clara. A pesar de la destrucción, reconstruyeron la cabaña con determinación.

Pero la traición de Rudy, quien se unió a Bruno, llevó a un conflicto abierto. Bruno y Rudy idearon un plan para colocar explosivos bajo la cabaña de Leo y Sebastián, destruyéndola por completo. En represalia, Leo y Sebastián atacaron, saqueando la casa de Bruno y destruyéndola en el proceso.

La guerra interna había estallado en Mineraar, y la lucha fue feroz. Leo y Sebastián lucharon contra Bruno y Rudy, y aunque obtuvieron la Estrella del Inframundo, cometieron un error al intentar encerrar a Bruno en una prisión. Bruno, usando un pico, logró escapar, llevándose consigo el faro mágico.

La comunidad de Mineraar se desmoronó gradualmente, y cada miembro se fue en diferentes direcciones. Sebastián, en su intento de devolver la montaña a su estado original, destruyó todas las construcciones humanas en Mineraar, dejando solo unas pocas estructuras útiles. Rudy se unió a Bruno en su nuevo refugio, mientras que Mineraar se convirtió en un lugar desolado pero hermoso, recordando el paisaje que una vez había sido antes de su llegada.

Sebastián, solo en Mineraar, se percató del robo del faro mágico. Inmediatamente ideó un plan: visitar a Rudy, quien se fue a vivir con Bruno, para de ese modo recuperar el objeto.
La visita de Sebastián a Rudy fue un acto audaz y arriesgado. Su objetivo era claro: recuperar el faro mágico que Bruno se había apropiado de manera egoísta. Sebastián sabía que debía ser cauteloso para no caer en una trampa o provocar una confrontación directa con Bruno. Finalmente lo consiguió y recuperó el faro mágico.

Sin embargo, durante su visita a Rudy, ocurrió un accidente inesperado. Un creeper, una criatura explosiva conocida por su capacidad para destruir todo a su paso, ingresó a la casa de Bruno y detonó, causando daños considerables a objetos valiosos. 

Cuando Bruno regresó y se enfrentó a la devastación causada por el creeper, su ira no tuvo límites. Aunque Rudy no había provocado deliberadamente la explosión, Bruno lo desterró de manera implacable, sin mostrar remordimientos por su partida. Esta decisión marcó el final de su asociación y llevó a Rudy a enfrentar las consecuencias de sus acciones involuntarias.

Finalmente, la guerra interna y la traición llevaron al abandono completo de Mineraar, y todos los miembros que alguna vez habían vivido allí se marcharon sin dejar rastro, poniendo fin a una era tumultuosa en su historia.

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⏰ Última actualización: Sep 18, 2023 ⏰

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