‹ :🌕: ﹝ 𝒟𝒆𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒟𝒆 𝓛𝒂 𝒫𝒂𝒏𝒕𝒂𝒍𝒍𝒂 ◌ ⁺ ˖﹞ೃ

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Que no se hospedara en su mismo piso, pensó una y mil veces hasta más no poder. El pensamiento de tener a un enfermo viviendo "junto a el" le hacía temer de su seguridad. ¿Qué pasaría si ese loco trataba de hacerle daño? Probablemente gritaría hasta más no poder.
Más sin embargo Apolo solo siguió su camino, rezando a cualquier deidad que ese enfermo no estuviera tan cerca de el.

Los días continuaron y continuaron, hasta que finalmente Leonidas comenzó a vivir en dichos apartamentos. No eran su estilo y tampoco eran elegantes, pero ahora estaba más cerca de su objetivo.

Mientras tanto, el joven Apolo solo se limitaba a ignorarlo y evadir cualquier contacto que tuviera con el, pues, para su mala suerte, aquel hombre quedó en su piso. Sentía algo de miedo pensar en lo que podría suceder, sobre todo si ese lugar no tenía cámaras.

• ¿Sucede algo, Apolo?

Pregunto la madre preocupada. Su hijo tenía la mirada perdida hace unos minutos, no reaccionaba.

- No es nada, madre.

Le respondió el con una sonrisa, parpadeando y observando a su madre. Siempre trataba de mantener su tono alegre, y  en esa ocasión sobre todo.

• Estos días te has visto tenso, ¿Todo bien? Me preocupas, cielo.

- Solo un par de problemas, ma mère.

Era un apodo francés que solía utilizar con su madre. « Mi madre »

• Si tú lo dices. Debía mencionarte, tu padre te consiguio un pequeño trabajo. Sabemos que te gustan las cosas . . . Extravagantes, más sin embargo es lo mejor por ahora.

- ¿De que trata ese empleo?

Tomo con su diestra la copa de vino, dándole unas vueltas y llevándolo la copa a su boca, dando un trago al líquido y posteriormente dejarla suavemente sobre la mesa.

• Es simple, cariño. Solo debes encargarte de supervisar el trabajo de un par de personas.

- ¿Sólo eso? Se escucha muy simple

• Lo sé, pero las personas de ese lugar son un tanto . . . Especiales

Por alguna razón, el chico sintió como un escalofrío recorría su cuerpo.

- Ya veo...

Aquel restaurante era bastante caro, y Apolo en ese momento carecía de dinero, así que su madre se veía en la obligación de pagar, pero les hacían un descuento al llevar el apellido de Olympus.

El celular de Apolo comenzó a vibrar, un mensaje. Tomo el celular y al checar el mensaje, se trataba de un número que no se encontraba en su lista de contactos. Entonces abrió el mensaje y se sorprendió al leer -Quiero una foto de tu cuerpo- Le tomo por sorpresa, ¿Quién era y por qué quería aquello?
Comenzó a mandar el mensaje más obvio ¿de quien se trataba y con que derecho pedía aquello? Y no recibió la respuesta que el pedía. -La foto, o tus malditos videos en el celular de toda tu familia- Respondió.
Apolo no sabía que hacer, mandar aquello o no hacer caso a la amenaza

«¿Cómo se atrevía a insultarlo y amenazarlo de tal manera? Que se joda», dijo su orgullo

«No podemos dejar que eso suceda, ¿Qué pensara de nosotros nuestra familia» le respondió su temor

Entonces le pidió un momento a su madre y se dirigió al baño del restaurante aún con el celular en mano.
No era un experto en la fotografía, pero sabía que tomar la foto dentro de un cubículo no sería lo mejor, más no tenía de otra.
Ya ahí, comenzó quitando su camisa polo blanco Ralph Lauren, ahí tomo la primera fotografía, su torzo. Y la mando. Espero la respuesta y . . . No estaba satisfecho.  -Eso no es suficiente- leyó en su celular. Esa vez optó  por bajar su pantalón negro de Secret Circus, y tomar otra foto, pero está vez sólo pidió algo . . . Mejor. ¿Quitar su ropa interior? Tal vez, pero eso sería más atrevido. Luego de unos minutos bajo su boxer y se sentó en el retrete con la tapa baja. Tomo foto de su parte superior junto con su miembro.

Por esa vez el sujeto le dejaría pasar aquello.