4

3.6K 300 97
                                    

Felix soñó que estaba acostado ante un fuego rugiente, una manta pesada encima de él. Sentía manos calientes y cálidas sobre su cuerpo, tocándolo suavemente, labios besando su cuello.

En alguna parte lejana y somnolienta de su
mente estaba el recuerdo de algún dolor
reciente y terrible y la sensación de estar
horriblemente solo, y él queria aferrarse a
alguien para quitarle el dolor.

En medio del aturdimiento entre el sueño y la vigilia, gimió cuando una mano se deslizó bajo su camisa para tocar su estómago desnudo y suave. Su vientre se apretó y él se retorció mientras se movia hacia abajo, por debajo de su bóxer y alrededor para masajear su redondo trasero, apretándolo y soltándolo, mientras Felix movía sus caderas hacia arriba contra el otro hombre. Nunca antes había besado a un hombre, pero supo instantáneamente que le gustaría mucho. Le gustaba la dura presión, la insistencia de su lengua, el duro rascar del rastrojo en sus mejillas. Arqueó su espalda con placer, abriendo los labios y permitiendo que la lengua del hombre profundizara profundamente en su boca.

-Dulce, tan dulce -murmuró una
profunda voz soñolienta, sacudiendo a
Felix despierto.

Minho estaba tumbado encima de él,
presionándolo contra la cama con todo
su peso. Las piernas de Felix estaban
extendidas y el cuerpo de Minho yacía
en la cuna de sus caderas, sus pollas duras
y presionándose una contra la otra. Una
mano grande estaba por debajo de sus
bóxers, agarrando su trasero desnudo.

Él chilló en shock.

Minho se puso en pie por su grito, sus
ojos dorados aturdidos y nublados de
sueño, hasta que golpeó la parte posterior
de su cabeza contra la litera superior.

-iMierda! -Juró, frotándose la parte
posterior del cuero cabelludo y luego
se detuvo cuando notó la expresión
aterrorizada del muchacho acostado en la
cama bajo su peso no insignificante.

Él maldijo otra vez.

-Ah, mierda.

Se alejó de Felix y se agachó junto a la
cama sobre sus rodillas.

-¿Estás bien chico?

Felix asintió con la cabeza erráticamente
con los ojos grandes como platillos.

Minho pasó sus dedos por su sedoso
cabello negro con agitación.

-Por favor, dime que ese no fue tu primer
beso.

El pequeño rubio se mordió el labio y
asintió lentamente, cada uno de sus
pensamientos escrito claramente en su
rostro.

El hombre mayor gruñó de nuevo.

-Mierda, lo siento muchacho. Juro que no
quise hacer eso. Estaba medio dormido y
te sentías tan jodidamente bien, tan suave
y cálido. Juro que no volverá a suceder-
Levantó las manos hacia arriba-manos
fuera, lo juro. No te he hecho daño, verdad?

El pequeño rubio sacudió la cabeza. Podía
leer claramente el remordimiento en la
cara de Minho e instantáneamente
trató de hacer que se sintiera mejor. Él
sonrió irónicamente.

-Está bien, estoy bien. Lo prometo.

Minho lo estudió.

-Ok, entonces. ¿Estás listo para
levantarte?- El rubio rodó desde la cama y
bostezó.

-Ajá.

El hombre mayor sonrió y alargó una mano
para ayudarlo a levantarse.

-Bien.

Felix la tomó y saltó. Minho tenía
razón cuando se sentía mejor por la
mañana. A la luz brillante del sol, la
prisión no parecía tan aterradora como la
noche anterior. Incluso los prisioneros no
parecían tan aterradores cuando él trotó
detrás de los talones de Minho. Estaban
todos grogui y cepillándose los dientes,
con pelo de cama y ojos soñolientos.

 𝘚𝘸𝘦𝘦𝘵 𝘉𝘰𝘺                              ✪ MinLix ✪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora