Carlos estaba sentado en el sofá (finalmente) de su departamento en Madrid. Con las piernas abiertas y las manos apoyadas en el respaldo del sofá. Sus ojos están fijos en la televisión, viendo atentamente el partido de fútbol. Ha sido un gran aficionado de este deporte desde su infancia. Algunos recuerdos estaban reproduciéndose en su mente—viendo partidos con su papá, tíos y primos. Todos emocionados, alguien gritando de vez en cuando, su alegría cuando alguno de los jugadores españoles marcaba un gol.
Ahora estaba sentado sólo. Bueno, casi sólo, pero él era el único verdaderamente interesado en el juego. De vuelta en Maranello, Charles intentó ver un partido con él. Duró tal vez quince minutos, para después quedarse dormido en el suelo. Suaves ronquidos llenaron la invitación, y nada lo despertó. Incluso cuando Carlos no estaba celebrando tan discretamente en voz baja después de que otro gol fue anotado (algo que estaba sucediendo con frecuencia).
El objetivo de Charles para hoy era no quedarse dormido. Para él, algo casi imposible. Pero lo estaba intentando. En los primeros diez minutos del partido, hizo muchas preguntas. Preguntó acerca de los jugadores, las reglas generales, porque casi no conocía nada de ello. Era bastante interesante, pero el aburrimiento rápidamente volvió a él. Miro un par de veces a Carlos, el español concentrado en el juego no le hizo caso. Charles se permitió mirar un poco.
A Charles le gustaba todo de Carlos. Sus brazos velludos, manos grandes, labios carnosos y cabello suave.
Amaba cuando Carlos lo inmovilizaba en la cama con esas manos grandes, con las palmas apoyadas en sus caderas, haciéndolo sentir pequeño. Amaba cuando esos labios carnosos dejaban besos calientes en su cuerpo, chupando sus pezones, marcando su cuerpo con chupetones. Él ama peinar y jalar ese cabello suave.
Simplemente amaba a Carlos.
Tal vez se estaba excitando un poco por todo lo pensado. No había duda, definitivamente lo estaba. Se movió en su lugar. Casi gimiendo cuando apretó sus muslos. Mierda, se puso duro de solo ver a su novio. Carlos ni siquiera estaba haciendo algo sexual. Era tan caliente sin siquiera intentarlo.
Un pequeño quejido escapó de sus labios, pero Carlos no pareció notarlo. Estaba demasiado concentrado en el partido. Había una idea en la cabeza de Charles. Se levantó del sofá y se arrodilló justo entre las piernas de Carlos.
"¿Qué estás haciendo cariño?" El español preguntó, mirando a su novio.
El rostro de Charles está ligeramente sonrojado. Era de un bonito tono rosa. Sus labios abiertos, mojados con saliva. Esos ojos llorosos mirando a Carlos con falsa inocencia.
"No quiero dormirme, pero no puedo concentrarme en el juego. Por favor, déjame chuparte", le pidió directamente, acariciando con su cara el muslo interno de Carlos.
La respiración de Carlos se entrecorto.
"No puedo dejar que me chupes, bebé. Eso sería una distracción y no quiero perderme ninguna cosa que suceda en el partido". Charles se quejó al escuchar eso. "Pero si quieres, puedes calentar mi polla."
La decepción del inicio desapareció rápidamente. Movió su cabeza con entusiasmo, ganándose una risita por parte del mayor. Carlos acarició su mejilla con su mano grande, Charles se inclinó hacia su toque. El monegasco no quería perder el tiempo, así que empezó a acariciar la polla del español a través de sus pantalones. Su miembro se endurecía cada vez más con cada caricia.
"Mierda, cariño. Pon esos bonitos labios en acción, ¿sí?" Pasó su pulgar por el labio inferior de Charles.
"Sí, lo haré", susurró el menor y sus manos se dirigieron al cinturón del español, desabrochándolo.
ESTÁS LEYENDO
≡ 𝗜 𝗺𝗶𝘀𝘀𝗲𝗱 𝗮 𝗴𝗼𝗮𝗹 𝗯𝗲𝗰𝗮𝘂𝘀𝗲 𝗼𝗳 𝘆𝗼𝘂
أدب الهواةCharles intenta mantenerse despierto durante el próximo partido de España en la Copa Mundial. Carlos esta ayudándolo a lograrlo.