Capítulo dos (1/2)

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Observo a Chris entre risas y niego con la cabeza. Parece que hubiese vuelto de unas vacaciones en el paraíso y tengo que admitir que me gustaría haber estado en el mismo lugar. Solo por eso, y porque tiene que aprender algunos límites que tal vez yo nunca le he puesto, decido molestarlo un poco.

—Tu mamá va a castigarte hasta que tengas dieciocho, Chris. —le digo retomando nuestro idioma nativo y sintiéndome todavía un poco alterado.

Sus ojos se abren demasiado y niega con la cabeza.

—Oh-oh... no quiero ir. —responde él en perfecto acento alemán, escondiéndose en mi cuello.

—Aunque no puedo culparte... —le digo, casi riéndome de mí mismo y de la estúpida forma en la que me despedí (casi tartamudeando) del nuevo amor de mi ahijado.

Esta vez decido que tengo que ser un poco duro con él.

—Lo que hiciste estuvo muy mal, Christopher

Chris deja escapar un largo suspiro y yo me río.

Me rindo.

No puedo ser el tío regañón. No me sale.

Le doy un beso en la frente sonrío.

—Me gusta Esme —me dice Chris después de unos minutos.

Sonrío.

—¿Así se llama tu doctora?

—Así se llama para los amigos —me responde con orgullo. Arqueo una ceja en respuesta y él se encogiéndose de hombros.

—Me dijo que yo era su amigo. A ti no te lo dijo.

—Entiendo —digo entre risas y beso su mejilla cuando me responde la sonrisa—. Eres todo un casanova, ¿eh?.

Se endereza para poder mirarme y me frunce el ceño.

—¿Que es un casanova, tío?

Uh. No debí decir eso.

—Eh... cuando seas más grande, te lo explicaré.

Chris rueda los ojos y esconde su rostro en mi cuello de nuevo, esta vez bostezando.

Es un chico listo.

Prefiere llegar dormido para que no lo regañen.

No cabe duda de que sangre Zutcher corre por sus venas.Al llegar a bastidores dejo a Chris dormido sobre el sofá y le aviso a Julie que ya lo tengo conmigo a salvo. Cinco minutos después todos vuelven al camerino y explico brevemente como lo encontré mientras mi entrenador me venda las manos.

—¿Dices que estaba con una doctora y que habló con ella? —Julie luce tan sorprendida como yo lo estuve.

O bueno, casi.

—Estaba hablando con ella, si. La tenía abrazada del cuello, también. Se llevaban bastante bien la verdad.

—Eso es imposible —dice Leo. Como respuesta, yo solo me encojo de hombros.

¿Qué más podría decirle?

Julie clava la mirada en el cuerpo de Chris acostado sobre el sofá y suspira.

—Me gustaría hablar con ella.

¿Cómo le explico que a mi también me gustaría eso?

—La verdad es que cuando me llamó aparecía como número bloqueado o algo así. No tengo como contactarla de nuevo en un futuro muy cercano.

—¿Mmh? —Leo me observa con una ceja enarcada y se cruza de brazos.

—¿Qué? —le pregunto, fingiendo tranquilidad.

Tengo miedo de mi hermano y su súper poder para leer las emociones de las personas.

—Que has pensado en contactarla. —señala con una sonrisa maquiavélica— Y en un futuro cercano, además. Esto se pone cada vez más interesante.

BEATS (Libro 1) - Versión en EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora