Lujuria (Kiomi y Daimon) parte 1

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Era uno de los días en donde me mantenía en reposo, una semana sin parar en la tierra y el infierno, papeleo tras papeleo, movimientos de estar dirigiendo a un escuadrón del infierno, demonios que se revelan por no ser como ellos, pero ...¿cual era mi ventaja?, ser la esposa del nuevo rey de los demonios, Daimon Dunkel.

Hemos pasado por mucho, la guerra entre los demonios y las demás razas existentes de terranigma; pero ahora todo sé a calmado, todo sigue su curso y todo debe continuar, ahora La Paz inunda nuestros corazones.

Pero tengo claro de que gaia de la oscuridad vendrá a este mundo a querer dominarlo y destruirlo...

Algo que nunca vamos a permitir ...

-el calor me esta agobiando... Necesito refrescarme ...- poco a poco dejaba al descubierto mi cuerpo, sentía como resbalaba sobre mi piel la tela de mi blusa color negra hasta caer al suelo, lo mismo pasaba con mi falda de la misma tonalidad oscura; al quedar completamente desnuda me recosté en la cama.

-ahora que falta? ... Descansar en lo que llega...tardara un poco... En verdad lo quiero conmigo y a mi pequeña ágata ...

Siempre tenía esa sonrisa relajada cuando terminaba mis labores del día y más al imaginarme en donde podía pasar el tiempo de caridad con mi querida ágata y mi esposo, el demonio que poseía y manipulaba los poderes de la lujuria...

-creo que alguien ya se a puesto comoda para descansar...

Daimon Entraba por aquella puerta sólo para mirarme que estaba recostada, las cosas se mantenían tranquilas en el reino de los demonios, todo apuntaba a que La Paz se podía sentir de momento entre los reinos, sin más mi querido esposo se acercaba a mi pasando a un lado de la cama para ir recorriendo el contorno de mi figura femenina con el rose de sus dedos.- te extrañe mucho mi querida Kiomi...los minutos sin ti se me hacían eternos...

Se sentó justo en la orilla de la cama para poder apreciarme mejor, me observo con detenimiento a los ojos esperando una respuesta de mi parte... esos ojos sensuales me quieren dar a entender una cosa que solamente yo se que significa esa respuesta.

-pero amor ...sólo fue en lo que salí ...A veces eres un exagerado ...

Me estaba comenzando a comportar coquetamente con mi hombre, ya sentía mis mejillas un pequeño ardor en estas, suponiendo que ya estaban rojizas, tenía ese efecto en mi de ponerme demasiado nerviosa y no paraba de sonreír por estar siempre cerca de mi adorado marido.

-vas a regresar a trabajar?...oh... Irás a ver a ágata?...- preguntaba esperanzadora mente, esperando una respuesta agradable de su parte.

-por el momento estoy libre ... Así que bueno... Te aprovechare esta noche...tengo que atender las necesidades de mi mujer ... No lo crees ?...

Oh Daimon ... Me encanta que se comporté así conmigo, inclinó su cuerpo hacia mi para comenzar a besar mi brazo hasta llegar a mi hombro desnudo, siempre me trata de un cariño y seducción sin igual, sabía los efectos que el producía en mi , su contacto le hacía llegarlo a desear, le daba la satisfacción a mi demonio de la lujuria.

Las manos de mi esposo se acercaban a mis piernas para propiciarme caricias cálidas, usando sólo la yema de sus dedos para ir rodando mi piel blanquecina, mi temperatura corporal estaba subiendo a otro nivel...

-entonces... Déjame consentir por ti...¿ Salvaje o tierno?...-mi voz comenzaba a ponerse aguda y en un tono sumiso.

Mientras Uno de mis pies los alzaba muy levemente, dándole a entender a que dirección iría y obvio que sería a donde el le gustaba, a su rica y exquisita entrepierna.

-no quieres roses con mis pies?...créelo que lo vas a disfrutar mi querido Daimon ...-ya había caído en el efecto "lujuria" de mi marido.

Lo amaba con locura y lo deseaba en este momento penetrando me y dándome duro como a mi me gusta.

-te consentiré esta noche amor ...

Se acomodaba arriba de la cama para que pudiera hacer aquella labor sexual y seductora con mis finos pies sobre su entrepierna, en su mirada se veía llena de comprensión y amor, nosotros sabíamos cuando era el momento y cuando no.-anda puedes hacerlo...pero luego que termines te advierto que yo me encargare de que esta noche caigas rendida y dormida sobre mi desnudo pecho... Kiomi...

-está bien amor...déjame consentir tu carne y que cada rose signifique lo mucho que te amo -respondí con mi voz llena de deseo y lista para el acto .

Era el momento de darle una vista magnífica a mi querido demonio, con mis dedos iba acariciando cada rincón de mi cuerpo, hasta llegar justamente a mis bragas de encaje y deshacerme de ellos al instante.

Mi aroma, mis fluidos, todo lo que se tratara de mi le encantaría y era aquí donde comenzaba nuestras fantasías sexuales ...

Terranigma (relatos de amor y deseo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora