Prólogo: ¡Tu alma es mía!

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El viaje fue complicado y muy duro para el forastero, especialmente cuando su barcaza fue devorada por las poderosas olas del océano durante una tempestad que ahogaría a cualquier marinero, excepto, por supuesto a nuestra figura encapuchada, quien decidió apoyarse en un pequeño barril y nadar sin dirección particular, estaba demasiado cerca de su objetivo, algo en su interior se lo decía.

Unas horas antes el sol estaba más brillante que nunca, y la marea era tranquila, nuestro viajero misterioso estaba preparado para la larga travesía que se le venía: Tenía suficientes provisiones para varios meses, y su tripulación era de su total confianza. Cuando puso el primer pie en la nave fue interrumpido por una voz cálida y familiar, se trataba del Dios del Fuego y Protector del Reino de la Tierra, Lord Liu Kang.

—Es tiempo de partir, eso lo sé...— Explicaba la imponente deidad. —Pero como tu mentor merezco una despedida digna ¿no crees?— dijo sin dejar de mirarle con sus brillantes ojos llenos de cariño.

—Mil perdones, Lord Liu Kang... No quise ofenderle...—.

—Por favor, Korrina... Entiendo tu emoción por iniciar tu búsqueda, pero necesito asegurarme que comprendes las consecuencias y escenarios posibles de lograrlo y/o fracasar— Liu Kang tomó de las manos al encapuchado. —No tienes que hacer nada de esto si no tienes la seguridad suficiente, podemos encontrar otras soluciones...— le interrumpe abruptamente.

—No deseo tomar otras opciones, Lord Liu Kang. Shang Tsung debe de pagar por los crímenes que ha cometido tanto a mi persona como al resto de los Reinos, y si dicho acto me permite volver a mi hogar... Entonces es un riesgo que tomaré, y si mi destino no es el de sobrevivir a dicha misión, al menos descansaré con honor, tal y como mis anteriores mentores me instruyeron— expresó realizando un saludo militar.

—Ya veo que no podré convencerte...— El dios entonces se acercó a su contrario y lo abrazó con ligero dolor en su interior, le miró una última vez a los ojos lleno de orgullo y dijo: "Por favor, cuídate", antes de soltar a su pupilo esperanzado de que esta no fuese la última vez que lo viera.

Con el pasar del tiempo, sus manos arrugadas por el agua salada finalmente sintieron una textura menos fluida y más granulada, era arena, había llegado a tierra firme. Estaba exhausto pero por su perseverancia e instinto de supervivencia lo habían conseguido, con dificultad levantó su cabeza para observar la oscura y tétrica fortaleza además de las ruinas que la rodeaban, este tenía que ser el sitio, la Isla de Shang Tsung: Anteriormente este lugar fue un monasterio creado por una primitiva Hermandad de las Sombras, pero que al no saber controlar las fuerzas demoníacas que venían del Infierno terminaron quedando malditos, todos los monjes y hermanas que habitaban el lugar perdieron la vida y crearon un depósito natural de almas errantes que se fueron corrompiendo con los años, dicho almacenamiento fue bien aprovechado por el brujo aprendiendo a manipular y controlar la magia y poder que le brindaron los caídos.

Con las pocas fuerzas que le quedaban el forastero buscó refugio entre las ruinas cercanas a la fortaleza, aquellos edificios en los que alguna vez habitaron sacerdotes y sacerdotisas no eran más que un jardín de piedras ahora, pero incluso en medio de todo ese caos, pudo divisar una trampilla, pensó en entrar pero como no tenía idea alguna de los horrores que pudieran esperarle ahí dentro optó por descansar primero, recargándose entre algunas de las rocas más planas que encontró y cubriéndose con la flora local, nuestro protagonista se deleitó una última vez con el cielo nocturno antes de cerrar sus ojos.

Durante la madrugada un fuerte estruendo le despertó, revisando los alrededores, el encapuchado descubrió la trampilla abierta, algo había entrado o salido de ahí. No había tiempo de preguntar, la misteriosa figura estaba preparada para retirar sus mantos harapientos y atacar a cualquiera que se le acercara, pero fue su rival quién respondió primero con una voz potente y demandante.

—Ya sé que estás por aquí...— Expresó con un tono burlesco el hombre. —Si te entregas, procuraré que tu muerte no sea tan agónica— pero el forastero no respondió, estaba preparando un ataque fulminante, se arremangó mostrando sus listones mágicos listos para atrapar a su víctima, se puso al acecho y cuando estaba por atacar Shang Tsung arremetió contra su visitante. —¡Qué así sea!— el hechicero arremetió contra su infiltrado quien solo pudo soltar un quejido cuando su cuerpo chocó contra una estructura de piedra, por medio de magia el malvado ser restringió su movimiento y descubrió la capucha de su adversario. —Vaya, vaya, vaya... Parece que tenemos una visitante exclusiva... ¿Qué te trae a mis territorios... "Alteza"?— Dice él tomando la barbilla de la joven, ella se mostraba molesta por su último comentario sarcástico.

—Shang Tsung...— escupió la mujer con desprecio.

—Te recordaba más cordial e... Ingenua, Korrina— dijo entre risas mientras la soltaba, ella intentó atacar pero la agilidad de su contrario era notoria.

—¡Te haré pagar por lo que me hiciste!— Korrina se aproxima nuevamente a él.

—Ay Korrina... Siempre buscando culpar a los otros... Tu no quieres kombatir contra mí, créeme— amenazó chocando su antebrazo contra el brazal dorado de ella.

Una pelea a muerte estaba por comenzar: Una princesa exiliada que busca venganza contra un brujo maestro en la magia de las almas. En tiempos anteriores estos guardaban una tierna amistad, un vínculo inocente sin malas intenciones, pero ahora la pareja se miraba con molestia y hasta odio.

—¡Tu alma es mía!— Vociferó él.

—¡Eso jamás va ocurrir!— Reclamó ella.

My soul is yours (Un AU de Mortal Kombat 1).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora