Capítulo 3

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- ¿Estás bien Lily?

- ¿Ah? Si ¿por qué lo dices?

- Has estado bastante rara últimamente…

- Oh… Ya sabes las clases y eso…

Había pasado más de una semana desde que tuve mi pequeño…Percance con la señorita Samantha. Después de ese desliz con ella volví a casa con bastantes ganas de… Bueno, ya sabéis , así que agarré lo primero que me encontré en mi camino a mi habitación .En paz descanse el mando de la televisión y estuve un buen rato masturbándome. Unos días después de eso había quedado con Nelly para dar una vuelta por el centro, tenía que comprarse unos calcetines nuevos porque los antiguos estaban llenos de agujeros. Pasamos por varias tiendas y mi para nada sugerente cara de imaginación me delató.

- ¿Qué estás pensando a estas horas?

Dijo acercandose a mí con una pequeña sonrisa malévola.

- N-nada…

¡Mierda! ¿Por qué ahora tenía que estar pensando en la profesora?

- ¿Segura?

- Sí, mira, ahí hay una tienda de ropa interior, ve a ver, yo te espero por aquí.

- Está bien pequeña pervertida. 

Me dió un pequeño beso en la mejilla y se fue corriendo a la tienda, mientras, yo miré  las tiendas de mi alrededor. Había una biblioteca, un par de tiendas de ropa y un gimnasio.

La mayoría entrenaban semi desnudos , ya que sus ropas eran muy cortas.

¿Por qué mierda estoy tan hormonal? No tengo ni idea, me acerqué a la ventana del gimnasio y me quedé observando embobada a los hombres y mujeres que estaban  ahí entrenando . Madre mía ¿me estoy excitando solo de verlos? ¿soy una pervertida sin arreglo como dice Nelly?

- Curioso lugar para encontrarnos señorita Taylor.

Una voz femenina, demasiado cerca para mi gusto, estaba en mi oreja. Me giré rápidamente, gritando como una loca.

- ¿¡Quién te crees!?

- ¿Tu profesora?

Si, lo habéis adivinado, ahí estaba ella, esos ojos morados son difíciles de olvidar y aún más cuando los ves en tus sueños más calientes. 

- S-Señorita Greyson… H-hola 

- Tranquila Lily, tengo un par de años más que tú, me puedes llamar Sam si quieres.

- E-entiendo… Sam.

En ese momento me dí cuenta de lo que llevaba puesto, un top deportivo y unos shorts algo ajustados. Se le podía ver bien todo su cuerpo, casi desnudo, enfrente de mí. Sobra decir que me calenté al momento. 

- Acabo de salir de entrenar, por eso estoy así

Mierda, ¿por qué soy tan obvia?

- Entiendo

- ¿Estás aquí sola?

- Ehhhh no, vine con mi amiga.

- No la veo por ningún lugar ¿dónde está?

- Está comprando algo de ropa

- Entiendo, ¿estás libre ahora?

La pregunta me sorprendió un poco pero al mirarla a los ojos comprendí al instante que quería

- Un momento

Hablé con Nelly por el móvil, le dí la excusa más creíble que me pude inventar en dos minutos, ella se lo creyó

Eres una amiga horrible.

Cállate conciencia, solo quiero un polvo.
Sam me llevó a una calle algo apartada de la avenida principal, estaría asustada si no fuera porque me estaba agarrando el cuello con algo de fuerza, me acercaba hacia ella 

¿Me estaba dominando solamente con agarrarme el cuello?¿acaso soy así de fácil?

No me importa conciencia, en este momento solo quiero que me usen :

- Vamos aquí.

Antes de que pudiera reaccionar me llevó a una esquina oscura, poniéndome contra el muro, quedando sin respiración durante un momento, en parte por la mano que me apretaba con algo de fuerza el cuello, en parte por la excitación del momento. Ella no tardó ni un segundo en ponerse en acción, me soltó el cuello y se acercó a él, sentía su respiración cerca de mí, ella también estaba bastante excitada. Empezó a besarme lentamente, yo estaba aguantando un gemido porque un chico estaba cerca de donde nos habíamos escondido, cosa que me excitó aún más. 

- P-para. nos van a ver..

- Solo si gimes..

Me levantó la camiseta y empezó a lamere un pecho, aguantando como podía la agarré de la cabeza y la separé de mi, para justo después besarla.

- Es hora de la diversión de verdad

Bajó hasta mis vaqueros, abriéndolos y bajandolos junto a mi ropa interior, estaba bastante mojada y sensible ahí abajo por lo que os podéis imaginar. Como disfruté que me lamiera ahí abajo. Todo fue diversión durante los 20 minutos que estuvimos haciendo eso. 

- Espero verla en mi próxima clase señorita Taylor.

- S-si…

¿Cómo puede estar tan normal después de haberme hecho eso?

Me fuí a mi casa aún con algo de escozor en mi entrepierna, dios, como quiero repetirlo…

Entre misma carne Donde viven las historias. Descúbrelo ahora