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─No despierta,¿ Lord Evalon la mato? ─ escucho que pregunta una chica en susurro.

─No digan tonterías ─ le regaña la madame esa voz si la reconozco ─ levante muchacha ─ me dice ella mientras me sacude, abro los ojos, pero no me muevo.

Dios, tomo mi cuerpo me duele.

No hay lugar en mi cuerpo que no me duela en este momento, pero él lugar que más me duele en mi entrepierna, duele y me arde mucho también.

─Lo ven, está bien ─ dice la madame, quitándome las sabanas dejando a la vista mi amoratado cuerpo ─ vamos levántate que hay que prepararte ─ me dice ella tomándome del brazo para que salga de la cama, pero cuando estoy fuera caigo sentada.

─No siento las piernas ─ digo con horror aún en el suelo.

─No exageres, pónganla de pie, hay que bañarla ─ dice la Madame mientras las dos chicas me toma de cada brazo para ponerme de pie.

Yo no estoy fingiendo, de verdad que no, las piernas no me responden cómo deberían y cómo lo harían si ese hombre casi acaba conmigo anoche, ni siquiera sé cuando fue que él se cansó, porque creo que me desmaye, ya no aguantaba más.

Las jóvenes de mi aldea contaban que los hombres después de una sola vez ya quedaban satisfechos, pero esté hombre no, no parecía quedar satisfecho, no importa cuantas veces lo hiciera.

─Muy bien, la despertaron ─ dice la duquesa entrando en la habitación después de que ellas me bañaran sin ningún tipo de delicadeza, mi cuerpo está muy sensible por todo lo que él me hizo, aunque tampoco me puedo sorprender de su falta de delicadeza a hacia mí, para ellos solo soy un objeto que usan para su beneficio ─ déjenos solas ─ ordena ella, dejan todo lo que están habiendo y nos dejan solas.

─Lo hiciste bien, no lo negare tuve muchas dudas de que si pudieras complacer correctamente a los Evalon, pero lo hiciste, por lo tanto te dare un consejo ─ dice ella acercandose a mi colocandose detras de mi para verla por él reflejo del espejo ─ todo está listo para que te vallas con él ─

─¿Irme con él?, ¿a donde? ─ preguntó con sorpresa.

¿Cómo que irme?, en ningun momento dijeron que me tenía que eir con el, ¿que se supone que hare?.

─Pues a su asqueroso territorio, adonde más, ¿que?, ¿pensabas que ibas a permanecer aquí? ─ pregunta ella ─ por si se te ha olvidado muchacha estupida, te estamos haciendo pasar con nuestra hija, toda hija después de que se casa deja la casa de sus padre y se va con su marido ─ me recuerda ella con seriedad.

Es cierto, tiene toda la razon en ello, pero…., pero yo no pense que en realidad lo harian.

─Pe…. pero cómo quieren que siga con está mentira si me dejan sola ─ le dijo aterrada ─ me enseñaron lo justo y necesario para que pueda comportarme durante la fiesta, pero no voy a poder fingir ser la hija de unos duques por mi cuenta ─ le digo.

─Pues tendras que averiguar tu sola cómo lo vas a hacer ─ dice ella dejando claro que no mi sufrimiento le es irrelevante ─ no creas que la advertencia de antes ha caducado porque no es así ─ me dice tomandome del rostro ─ no nos importas lo que tengas que hacer él no se debe enterar de que no eres Isabel, porque si se entera y él te regresa con nosotros desearas estar muerta ─ empujandome para que quede sentada de nuevo en él banco, entonces la puerta se abre.

─Lord Evalon está preguntando porque tardamos tanto ─ dice la Madame.

─Terminen de prepararla, ya quiero que dejen mi castillo ─ dijo la duquesa para depues salir de la habitación y ellas regresan para terminar de peinarme.

La Mujer De Temible CaballeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora