Drogado De Amor [Dabihawks Omegaverse]

03

SOLEDAD

[!!TW!!] : suic1d10

¿Qué sentido tiene la vida?

Ninguno. Todos estamos atrapados en el tiempo que lentamente nos conduce hasta el día de nuestra inevitable muerte.

Así que...

¿Qué sentido tiene vivir en un mundo en el que ya no le importas a nadie? No tienes un propósito, no aportas a la historia y mucho menos tienes una razón por la cuál seguir con vida.

•
•
•
•
•
•

─ Creo que pienso pura estupidez ─ Touya miró un buen rato las pastillas en la palma de su mano.

─ Además, ¿de qué serviría matarme aquí? ─ devolvió las pastillas al frasco, mismo que tiró a la basura posteriormente.

Bebió toda el agua que había en su vaso de un solo trago, dejando que la frialdad del líquido se deslizara placenteramente por su garganta.

─ Sentiría lástima del tipo que se encuentre mi cadáver putrefacto luego de meses ─ dijo con gracia, tomando su chamarra para salir a las horribles calles del barrio bajo.

•
•
•
•
•
•

El agua estaba pintada de rojo debido a la sangre que salía de sus...

Espera, ¿sangre? ¡No la había!

─ Soy solo un maldito cobarde ─ apretó el mango del cuchillo con fuerza, lanzándolo hasta el otro lado del baño.

Genial, ahora su ropa estaba mojada y había desperdiciado agua. Salió de la bañera de mala gana.

•
•
•
•
•
•

Vaya día de mierda.

Su jefe nunca iba a respetarlo, su sueldo era una completa mierda y estaba seguro de que el dinero que tenía en los bolsillos no le alcanzaba para darse una cena decente.

Pero esta vez no sería cobarde.

Lo haría. Buscaría algún puente y saltaría. No tendría tiempo de arrepentirse si su cuerpo ya estaba cayendo al vacío, sería una muerte rápida.

...

Pero primero comprará algo para comer, sí, no puedes morir con el estómago vacío.

─ Bien, Dabi... ¿qué cenarás hoy? ─ se dijo así mismo, con el dinero en mano y mirando a todos lados, buscaba un puesto de comida callejera.

Pero no fue un puesto lo que vio, su mirada se detuvo en otra persona sobre la misma acera, a juzgar por su aspecto, era un omega, y uno muy lindo a decir verdad. Se mordió el labio mientras movía inquietamente el pie, ¿ahora qué debía hacer? Tenía hambre, pero ver a ese rubio bonito lo hacía dudar de si gastar su dinero en algo de comida.

Finalmente se acercó a él con inseguridad, mostrándole el dinero.

─ Oye, tú ─ ¡mierda!, eso sonó demasiado seco, pero ya no había tiempo de ser amable, tenía que continuar. ─ ¿Qué me haces con esto?