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El pez enfermo.



──¿Lo escuchas, Satoru?──murmuraba Geto, tocando con suavidad el brazo de su compañero, estirando la tela de su chaqueta mientras señalaba uno de los animales que pasaban por ahí. El albino desconocía de qué hablaba, por lo que solo se daba a entender arrugando ligeramente su nariz, abriendo la boca en una expresión de confusión──Esos, ¿los ves? Los peces beta, Satoru...

──Oh, hablas de esos──respondió Gojo, observando fijamente a los peces mencionados. Ladeo su cabeza, hipnotizado -esencialmente- por esos dos que nadaban juntos, en pequeñas espirales progresivas y fluidas, como si danzaran al unísono, respiró, bajando un poco sus lentes.

──Son muy bonitos──comentaba el moreno aun sin soltar la tela de la chaqueta.

Una pequeña sonrisa se hacía lugar en el rostro del moreno, casi como si demostrara la tranquilidad que le brindaba esa escena, el contacto físico entre ambos era tan pequeño pero se sentía enormemente solo por la presencia. Gojo no podía evitar el tener sus ojos paralizados en su compañero, podía suceder lo más hermoso de fondo y, aún así, no lo encontraba tan fascinante si Geto no estaba en esa escena.

Desvió la mirada nuevamente a los peces, sonriendo.
──Yo creo que el negro es feo.

──¿Eh? ¿De qué hablas? ──contestó rápidamente el moreno, siendo él quien desviaba su mirada hacia Gojo, frunciendo el ceño y tensando el agarre──Ambos se ven bonitos, no digas payasadas, ¿por qué el negro es feo?

──Solo miralo, sus aletitas se ven raras, como rasposas o...no lo sé, están con huecos, el blanco de allí──señaló──se ve más armonioso, más...umh...

Suguru hizo un ruido con los labios, escuchándose un soplido burlesco antes de reír.
──No tienes argumentos, Satoru. Solo hablas por la estética──interrumpió, bajando lentamente su cabeza hasta el hombro del albino, chocando su brazo con el brazo ajeno, acomodándose solo para seguir viendo a través del cristal.

La oscuridad en esa pasarela de exóticos animales, simplemente le daba la confianza a Gojo de tomar con cierta timidez el meñique del moreno. Nadie se encontraba en ese acuario además de ellos, era parte de la rutina el tomarse esos ratos de hacer más que solo exorcizar. No debían esconder nada, solo eran ellos.

──¿Ves sus aletas?──comentó Geto después de un calmado silencio──están lastimadas, seguro es porque está enfermo o lastimado, suele pasar eso con los peces beta, son...de tener su carácter.

Gojo chasqueó la lengua.
──¿Y por qué tener un pez así? Es una pérdida de tiempo.

──¿Tú crees?

──¿Acaso no lo es? Uno se preocupa por esas cosas, teme a que les ocurra algo cuando son así de débiles, uno se encariña con ellos pero, a fin de cuentas...¿De qué sirve? El final siempre es el mismo.

──Son peces resilientes, son luchadores, por eso les resulta beneficioso su carácter, además...

──¿Y cuándo ya no lo son?──interrumpió el albino.

──Satoru...──murmuró──no creo que estemos hablando de peces, ¿o sí?

Gojo desvió la mirada, llevando sus dedos hacia la unión de sus lentes para empujarlos con la yema de sus dedos, acomodándolos con el fin de que no volvieran a verse sus ojos.

──Seguimos hablando de peces, no lo malinterpretes──musitó con cierta calma.

El silencio que vino después de eso, resultó un poco incómodo, no por el hecho de que fuese algo desagradable, sino que Geto notaba esa tensión, era como oír hablar a Gojo sin la necesidad de formular palabra alguna.

──Si el final siempre es el mismo, al menos es bueno pasar estos momentos...──dijo el moreno en un tono tan suave que lograba endulzar un poco el ambiente, acercando un poco más su mano a la contraria, pasando de permitir que sostuviera su meñique a tomar por completo la mano ajena, enredando sus dedos con los del albino──disfrutar cuando las cosas aún existen, cuando aún generan algo en uno. Quizás se sienta como un desperdicio porque no seguirá estando en el futuro, no será beneficioso a largo plazo...porque, el beneficio está ahora, en el momento. Mientras no olvides las emociones que producen al ver cómo sucede cada momento, lo que es fugaz, resulta eterno.

Gojo suspiró.
──Aún te escucho decir eso, Suguru...──habló en alto, aunque apagado, pero no era el Gojo de diecisiete años viendo el acuario con su "mejor amigo", sino aquel adulto que tenía un lugar vacío tanto a su lado como su otro costado, observando en el mismo lugar del acuario, con una triste soledad inundándolo.

Y así como faltaba su compañero a su lado, también faltaba uno de los peces de los que tanto habían hablado.



comentario.
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#. sufran conmigo, tehé.
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⏰ Última actualización: Sep 20, 2023 ⏰

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