Sólo había dormido dos horas cuando recibió el mensaje de felicitación de su marido a las seis de la mañana. Deslizó la notificación hacia arriba con el dedo índice y siguió leyendo en el smartphone todo lo que tenía que saber acerca de su regalo de cumpleaños.
Una hora después, marcó el número de su marido.
-Felicidades, cariño. Te iba a llamar una vez pasara el control de la policía.
-Dime ¿has recibido el correo de la agencia de mensajería?
-Aún no, mi vida. Es demasiado temprano. Ni siquiera han abierto.
-Pero, llegaba hoy, ¿verdad?
-Eso ponía cuando hice la compra. No te pongas nerviosa, seguro que hoy tienes tu súper aspiradora.
-Espero que tengas razón, porque es lo único que te pedí.
-Tranquila, amor mío. Llegaré sobre las ocho y media a casa. Tengo un par de reuniones esta tarde con el equipo, pero trataré de escaparme antes. Si Boris está dormido, cenamos solos, ¿te parece bien?
-Ok.
-Un beso. Que pases un feliz día.
Ella cortó la llamada. Se centró de nuevo en las imágenes de la Kärcher WD 6 Premium a las que le sucedían una serie de reseñas escritas por amas de casa, empleadas de hogar y personas con mascotas. Leyó las treinta y nueve opiniones.
Sonó la alarma en el teléfono y, antes de ir a la ducha, ventiló la habitación y retiró la ropa de la cama.
Cuando estuvo vestida se dirigió al cuarto de Boris. Encendió la luz, subió la persiana y corrió la ventana de cristal. Luego, sacó del armario un uniforme de deporte limpio que dejó a los pies de la cama.
-Es la hora. Vístete.
Se marchó a la cocina para prepararse unas tostadas de jamón con tomate y huevo junto con un vaso de leche. En la mochila del niño guardó una botella de agua, un recipiente con cereales de chocolate y un zumo de manzana individual.
-Date prisa -gritó después de beberse la leche.
Revisó la lista de la compra por si podía añadir algo más y escribió un mensaje a su marido: ¿Te llegó el correo?El niño entró en la cocina restregándose los ojos. Llevaba los cordones de las deportivas sin atar.
-Siéntate en la silla, que no puedo agacharme -sin mirar a Boris hizo una lazada con dos nudos a los cordones de las zapatillas-. Lávate y péinate. Te espero en el coche. Su hijo quiso contarle algo mientras iban de camino al colegio, pero ella subió el volumen de la radio para cantar a voces Yo te esperaré. Cuando llegaron, Boris se bajó en la puerta de la escuela y su madre, sin despedirse, pisó el acelerador.El primer lugar en el que paró antes de ir al supermercado fue en una farmacia. Compró las pastillas anticonceptivas y una caja de guantes estériles. Miró la pantalla del teléfono, pero no tenía ninguna respuesta al mensaje anterior, así que decidió enviar otro: ¿Has recibido el aviso de DHL? Esta vez no tardó en recibir la respuesta: Todavía no, pero he escrito a la chica de la agencia y le he dado tu contacto para que te llamen a ti por si yo ya estoy en mitad del vuelo.
Salió de la farmacia sin decir adiós, directa al supermercado. Tardó más de lo que esperaba porque se encontró a una mamá del colegio en el pasillo de las galletas y los chocolates.
-Pero bueno, ¿dónde te metes que no te vemos el pelo? Ni siquiera vas a las reuniones de la AMPA. ¿Estás bien? Te noto un poco desmejorada. Y a Boris, ¿le va bien en párvulos? -se acercó un poco para hablarle en voz baja-. Me han contado que la profesora es horrible con los chicos. Que algunos padres se van a cambiar de colegio. -Disculpa, tengo un poco de prisa.
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Regalo de cumpleaños
Short StoryEl día que cumplimos años lo consideramos como el más importante. Tanto que en algunas ocasiones durante los meses previos nos esforzamos por elegir el regalo que merecemos. A la protagonista de esta historia es lo que le ocurre y no quiere desperdi...