8. ✭ ¿ศɕε℘tศ ɱı ℘гσ℘นεรtศ? ✭

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¿Que si lo espero?

¿Que si pensó en él?

¿Qué si lo extraño todos esos años?

Que tantos más cuestionamientos podrían pasar por su mente. ¡Ah sí! También el: ¿cómo el que ese lindo azabache que está sentado al frente de él nunca abandonó su corazón?

Muchas noches lloró en silencio, el único que conocía de su padecimiento era su hermanito menor, el cual hasta dormía a su lado hasta verlo dormir, susurrando que su mejor amigo nunca lo olvidaría y en algún momento la vida los uniría.

Luego de tres años en donde nadie entraba a su vida en el ámbito sentimental, su madre preguntaba por un novio, ya que ella sabía de la orientación sexual de sus hijos, pero siempre recibía una evasiva del mayor, hasta que su primera borrachera dejó libre su manera de pensar. Esa noche llegó maldiciendo a la vida por haber nacido ocho años antes, por querer a un niño y no poder ser honesto con el mundo entero, ya que era un sentimiento aberrante al ser mayor.

En medio de su ebriedad escupió todo lo que callaba, dejando en total estupefacción a sus progenitores. Kim TaeHyung, su hijo mayor, estaba totalmente enamorado de un niño de la edad de su hijo menor. Al principio le obligaron a ver algunos chicos, hasta que Jimin explotó, diciéndoles que eran unas personas horribles, al creer que en el corazón se manda, o que si el amor tiene algún estatus para lograr ser. "Es amor y tenían que darse por vencidos". Gritó ese día, y es que él mejor que nadie entendía que su hermano mayor estaba enamorado hasta sus huesos por su mejor amigo de infancia, sin embargo, a sus padres aún les causa repudio el aceptar tal enamoramiento.

Pero a pesar de todo lo que ha vivido, de las experiencias lejos de él, le costaba contestarle, era ocho años mayor, de un chico el cual estaba en segundo año de su carrera universitaria. Sería algo así como un intruso en su proyecto de vida; aunque el azabache lo incluía en él en el suyo. Suspiró mirándole a los ojos, esos lindos ojos que estaban brillantes y expectantes a una respuesta, como cuando era su niño y le regalaba una linda flor robada de algún jardín―. ¿Primero quiero saber el motivo de no contestar mis llamadas, JungKook?

El menor trago con dureza y tomó de su taza de café, tratando de disimular su nerviosismo―. Yo... ―suspiro sonoro―, yo no quería escucharlo, decirme que no me quería por dejarlo, o que me contará sus sentimientos por otro, yo...

―Querías escuchar el que también te esperaría y que solo te querría a ti, ¿no es así? ―el azabache asintió sin levantar su rostro sonrojado.

―Sé que muchos piensan que estoy mal de la cabeza, por... bueno, ¿usted sabe?, por...

― ¿Por qué JungKookie? ―si él quería una confesión, también se merecía una del menor―. ¿Me dirás Kookie? ―sabía cómo manipularle, como presionar sin ser detectado, con palabras lindas y tendría todo de su lindo conejito, lo conocía, por más fuerte que se viera, con todos esos músculos y altura, era una ternura andante.

―Usted sabe hyung, sabe que desde que tengo siete años lo he querido, que estoy enamorado de usted ―su voz salió algo baja, con temor de ser rechazado como años atrás, con sus lindos mofletes sonrojados al decir todo en voz alta por primera vez a su príncipe. O bueno, eso era lo que él pensaba―, pero en ese entonces, hace diez años, eso no se logró, usted... tenía a alguien y yo era solo un mocoso que no podía brindarle mucho, yo...

―Tú, te metiste en mí sin ser detectado, Kook, aún no me creo cuando empecé a extrañar tus visitas inesperadas en la veterinaria, como emocionabas mi corazón, con tus regalos, con tus sonrojos, con esos lindos ojos oscuros mirándome con cariño, él como un niño de ocho años era más galante, que uno de mi edad, tu JungKook, eres el dueño de mi corazón desde que tengo diecisiete años ―el chico estaba en shock con todas esas palabras, pero sobre todo de ver como su hyung parecía un lindo tomate confesando lo que por años ocultó―. Nunca tuve algo con Choi, tú solo armaste una película en tu cabecita, sin dejarme defender, te busqué, sin embargo, te negaste a verme, entonces solo paso eso... ―sus ojos sintieron aguarse―, ese día que te fuiste, que no pude decirte lo mucho que te quería, que así sonara descabellado, yo te esperaría, que mi corazón era solo tuyo.

―Hyung...

― ¡No, JungKook! Fue tan desgarrador el verte alejarte de mi lado en ese auto, de no ser por Jimin, estaría viviendo en la ignorancia de donde estabas y el porqué de tu viaje repentino, el cómo me partiste el corazón sin siquiera dejarme explicar que nada pasó ese día en la veterinaria. Que el idiota Choi solamente me consolaba al sentirme mal, sin ti a mi lado, todo lo que te lastimaba me era duplicado, más si yo era el que causaba tus lágrimas, me sentía el peor de todos por querer tenerte solo para mí, que solo fuese yo el receptor de tus miradas, de tus halagos, de esos simples detalles que me encantaban, que solo tu corazón saltara por mí como el mío lo hacía por ti. Yo también te he querido por años, yo... también te esperé y lo sigo haciendo, JungKook.

El azabache salió de su estúpido estado de estupor y reaccionó, se levantó de su asiento para llegar al lado del rubio, lo levanto cuando tomo una de sus muñecas y lo apreso fuerte entre sus brazos. Diez malditos años esperando aquellas palabras para que salieran como si nada de esos lindos labios de tal manera en una simple cocineta de una nueva veterinaria. Era su sueño hecho realidad, algo bueno salió después de todo, maduraron esos diez años separados, pero fue el mismo destino el que los unió de manera tan casual como cuándo se vieron por primera vez en la entrada de aquella escuela.

―Mi hyung... ―TaeHyung se dejó abrazar, olvidando a sus pacientes, el que la veterinaria estaba abierta al público, en sí, se dejó llevar por esa rica colonia varonil y el cómo ese cuerpo lo protegía, así él fuese el mayor―. Me haces tan feliz, sé que fui un tonto inmaduro, que debí enfrentarlo hace años, escucharlo, pero me ganaron los temores, el que usted no me quisiera, que me mirara solo como el mejor amiguito de su hermano menor ―JungKook beso sus cabellos rubios―, pero le prometo que recuperaremos esos años perdidos, que lo enamoraré todos los días, que estaré para usted cada que me necesite, ahora ya no soy un mocoso que no sabe qué hacer, ahora soy un hombre que le puede servir de soporte, que lo mimara los días tristes y que lo llenara de amor los días que quiera desaparecer por el disgusto o el cansancio, quiero conocer al nuevo, TaeHyung hyung, que la vida me ha puesto de frente y que él conozca al nuevo JungKook.

― ¿Qué me estás proponiendo, Kookie? ―pregunta, TaeHyung alejándose un poco del menor, el cual aprovechó para tomar su rostro entre sus manos.

― ¡Que salgamos! Que salga conmigo como su pretendiente, hyung, ¿acepta mi propuesta?








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Jungkook es un alma vieja, pero lo amo así. 😘😘 

Marce 💙

¿Ahora sí te casarás conmigo?¹ KTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora