៹🍾 ۫〬∡ 𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎

381 55 12
                                    

« Pensé que tú cuerpo es una total perdición
para mí...»

Una noche oscura y legumbre, dónde solo se escucha el sonido de dos respiraciones bajo la luz de la luna, miradas lascivas y labios húmedos tratando de contenerse, porqué sí; Ellos sabían por qué estaban ahí.

El matrimonio del alfa castaño era una mierda, el día en que sus padres le dijieron que debía casarse con una Omega para traer prosperidad al clan Kim, solo era una escusa para que siguieran sus pasos, pero él era solo un alfa muy ingenuo que seguía órdenes.

Al ser alfa dominante, sus padres desde chico lo criaron con una correa en su cuello, lo limitaban y suprimían sus habilidades solo para sacarlas a luz en momentos estúpidos que llegaban a moretones y perdidas.

Se casó con una omega de 16 años, era algo que le dió asco, solo tenía 20 años, y se estaba casando con una niña, a sus  25 ya tenía su primer hijo, Kim Tae-moo.

Fué inesperado, algo totalmente inesperado, simplemente copas de champañas y una discusión, rompió todo para acostarse con la Omega. Absorbido en la negación, fué cuando lo conoció en aquél bar, lo miró sentando con varios alfas a su alrededor, el ers el centro de todo, su camisa desabotonada hasta por la mitad y su sonrisa arrogante, hizo que se sentara en los taburetes frente a él.

Solo conectaron sus miradas, sus olores y sin pensar que un "Hola precioso", iba a desencadenar todo un bosque lleno de espinas con una rosa dentro de él, Aldo de un hombre con una botella de vino, sin escapatoria.

Y fué ahí que en vez de estar en la sala de parto, con la que se llamaba su omega, estaba teniendo sexo con otro alfa.

En la mañana siguiente, no fué nada lo contrario en aquella noche.

El castaño se levantó por la presión de un cuerpo al lado de él, el calor era sofocante, era como si estuviera abrazado del mismo diablo.

Lo miró, su piel medio bronceada, con tatuajes en toda su espaldas ancha, su abdomen lleno de músculos al igual que sus brazos y piernas, su cabello pelo negro, y sus ojos rasgados que hacían que se corriera con tal solo mirarlo.

Su cuerpo era igual, pero sin tatuajes y un poco más blanquiciento, sus olores eran una droga para cualquiera de ellos, el del otro alfa, era de un olor embriagante, el simple toque de tabaco y champaña, lo hacía querer sumergirse en un adicto a él.

—No pensé que te despertarás primero— La voz gruesa del hombre, hizo despertar sus sentidos al cien porciento, sentía que sus largas piernas temblaran tanto, qué se desprenderían de él.

— Umh— Solo pudo decir para alzar su cuello con sus largas mano y venosas, para besarlo

El beso caliente con chasquidos latentes, sus lenguas enrrollandose en el elixir del otro, devorando todo a su paso.

Los gemidos no tardaron en llegar, pero se vieron interrumpidos por aquel timbre del celular.

Taehyung se separa del hombre, y contesta su celular al ver qué era su padre.

[Espero y tengas una verdadera excusa para ello, Kim Taehyung]

— Te lo dije, no quería casarme y menos tener un hijo, simplemente que Yuna se encargue de eso— Y sin más, colgó

—¿Tienes un hijo, eh?—Su voz egocéntrica hizo eco en sus oídos, los toques bajo su abdomen ejercitado, hicieron fibra en él.

— S-sí— tanto era el estímulo que su voz no salió más que un solo susurro.

— Bien, quiero que lo traigas acá a vivir con nosotros, en ésta mansión.

Sus palabras eran tan serias que no había una negación, ni siquiera sabía el nombre de aquel hombre, tampoco lo había visto en algún momento de su vida, pero que tan solo hablara, hacía querer obedercerlo, pero también tenerlo bajo su mando.

— Ni siquiera te conozco, ¿como mierda quieres eso?— Estaba desconcertado, enojado, pero un sentimiento de  nerviosismo lo invadió

— Soy Jeon Jungkook, tengo 28 años y tú vivirás conmigo ahora en adelante, tú y tú hijo, y los próximos, serán mi perdicion tanto así que si les llegara a pasar algo, desataría un infierno, solo para ustedes, por qué al parecer, tú , mi amor, no sabemos con quién estás.

Y fué así que sus lobos se conectaron una vez más, en esas cuatros paredes.

Un día después, llegó a su casa, su familia estaba enojada, Yuna estaba muy triste y lo sentía, no porque tenían lazo, ya que él nunca la quiso marcar, si no por el hecho de qué sentía todo al ser alfa dominante.

Subió a la habitación del bebé, dónde se encontraba llorando Yuna, y al mismo tiempo Tae-moo.

—T-Tae — La Omega se limpió las mejillas llenas de lágrimas.

Estaba siendo muy cruel, y es que las cosas pasaron muy rápido, después de ese día que pasó con Jungkook, él le explicó muchas cosas y que dentro de esas estaba que ninguno de los dos querían irse del otro, se conocerían poco a poco, pero qué más daba si eran parejas destinadas.

—Oh Yuna, lo siento tanto— podría ser de todo, pero Yuna nunca había hecho algo malo, ella fué obligada, su relaciones basó en amistad y fuertes sentimientos encontrados por ella, pero siempre la trataba bien, la única vez que discutieron fué la vez pasada por un mal entendido, que conllevó a que tuviera un hijo.

Le contó todo lo sucedido, ella lloró al final, pero estaba feliz por Tae, el siempre la cuidó de todo al ser menor que él.

Ella quería mucho a su hijo, pero sabía que no estaba en condiciones mentales y mucho menos emocionales, y le daba miedo hacerle algo, sabía que Tae y su alfa, podrían cuidarlo mejor.

Un mes, y en un mes pasaron muchas cosas, su padre empeoró de salud, el tenía una enfermedad del corazón, que al parecer con tantas emociones empeoró cada segundo de su vida y ahora lo veían en aquella habitación diciendo sus últimas palabras.

La herencia había quedado a él, su madre no se negó en nada, la dejó en aquella mansión y a Yuna, le dió dinero de su divorcio ya que ella no quería nada de él, así que ella decidió volver a china.

Él, Tae-moo y jungkook.

Jungkook era parte de una mafia rusa, o más bien, él era la mafia rusa.

— Tae — Su voz sumergida en un especie de placer, sus manos estaban juntas, sus olores revueltos.

— Muchas veces he pensado en sí de verdad convertirte en mí esposo, y ahora que hemos estado juntos sin duda he tomado la mejor decisión hasta ahora—

Taehyung, en cambio su expresión fué una sonrisa

— Entonces, debes agradecerme por ser yo esa buena decisión —

— Pensé que tú cuerpo era una perdición para mí, pero cambié de opinión cuando tus murmullos en el susurro de tus gemidos hicieron eco en mis oídos haciéndome sentir tú placer.

Fin



Rosas y Champañas ★ kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora