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En lo más profundo
De las sombras, en lo
Más lejano a la
Civilización. Se
Ubicaba ese "infierno",
Por que para "eso" no había
Otro nombre.

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Un ser de orígen desconocido   desalmado y sin ninguna pizca de misericordia, observaba con desdén lo que había frente a él, a través de sus de ojos rubies y fríos como el hielo carentes de compasión o alguna otra emoción que no fuera maldad o sadismo.

Miraba con una mezcla de maldad y complacencia a una erizo se pelaje rosado, sus ojos estaban clavados en esta mientras aun estaba inconsciente en aquella camilla de hospital y permanecía atada a está.
Las horas habían trascurrido y ella poco a poco fue recuperando la conciencia, su vista estaba borrosa y desenfocada, no podía reconocer su entorno, ni siquiera había podido notar la presencia de aquel ser corrupto frente a ella.

—ah... Despertaste —una voz ronca y profunda resonó por las paredes de la oscura habitación, al terminar de hablar dio unos pasos al frente para que la tenue luz del foco iluminará su gran y temible figura y la erizo pudiera verlo con claridad.—welcome to your new house.—habló en un idioma diferente al español como en una especie de burla, mientras observaba los ojos color jade de la contraria los cuales estaban llenos de temor y pavor.

La peli-rosa al verlo revelarse ante ella y escuchar su amenazante voz sintió como un escalofrío recorria su columna, sus ojos se abrieron con miedo. Mientras observaba su propio estado, notó como estaba atada a la camilla, trato de forcejear pero las correas apenas le daban libertad de moverse unos milímetros. Su respiración se agitaba más, Se sentía sofocada la cinta adhesiva en sus labios le impedía formular siquiera una palabra. Estaba totalmente indefensa, no podía hacer nada para defenderse o pedir ayuda, y por primera vez, sintió el verdadero terror.

El ser de ojos
Rubíes observa las expresiones faciales de la erizo y eso solo alimentaba su placer enfermizo, llevó una de sus grandes manos—la cual solo tenia tres dedos—frente al rostro de la Eriza, sus garras gruesas y filosas acariciaron su mejillas, para luego ejercer más presión hasta hacer un rasguño en está.

Amy solo cerró los ojos ante el acercamiento repentino de su mano, sintió como esté paseaba una de sus garras por su mejilla para luego clavarla en esta y hacerle un corte. Emitió un pequeño chillido ante eso, pero ni siquiera se atrevió a abrir los ojos, le atemorizaba ver a los ojos de aquel 'monstruo'.

Aun con su mano cerca de su rostro, de un brusco tirón quito la cinta adhesiva de los labios de la Eriza, esperaba que ella gritará por ayuda, pero en lugar de eso solo formuló una orden

Amy abrió los ojos al notar que el, le había quitado la cinta adhesiva. Aun seguía muy asustada, pero tenia que ser valiente, aunque eso no funcionaria para nada— d...desatame ahora mismo...

El ser esbozo una lijera risa burlona ante su orden e intento de hacerse la valiente. Luego su expresión cambio a una seria y amenazante.

— aquí el que da las ordenes soy yo, rata insignificante. No te atrevas a darme otra orden si no quieres que corte tu lengua. Quizás hasta me saldría mejor, así me ahorró escuchar tu voz chillona.

Amy escucho su amenaza y sintió como un escalofrío recorría su espalda. Sentía miedo por su vida, miedo por lo que pudieran hacerle, podía sentir los fuertes y apresurados latidos de su corazón, como el oxígeno comenzaba a faltar en sus pulmones.

Él ser que estaba con ella hizo una seña hacia alguien que estaba en la puerta de aquella oscura habitación de laboratorio. Esa persona se acercó a ella mientra se acomodaba unos guantes de doctor, traía un cubre bocas puesto por lo tanto no podía reconocerlo, pero sus ojos neón se quedaron gravados en su memoria.

—realiza las pruebas y veamos si este saco de carne el compatible. Aunque el viejo a dicho que sí lo es, es mejor estar seguros, ¿no cree doctor?.

—así es señor. —dijo mientras miraba con diversión y malicia a la Eriza qué estaba inmovilizada en aquella camilla— y me voy a divertir mucho~

Amy—p-por favor!. No me hagan daño, por fav-

Él ser de aspecto horripilante calló a la erizo con una fuerte bofetada haciendo que su cabeza volteara hacia el otro lado.

— habré la boca solo cuando vayas a gritar de dolor. No para pedir misericordia, mocosa... —le dio la espalda al ojos neón, y a la oji esmeralda. — has lo que tengas que hacer —dijo con frialdad para salir por otra puerta qué estaba en la habitación y entrar a una pequeña sala donde tenia visión hacia la habitación, el ojos neón lo había seguido cerrando la puerta detrás de si, dejando sola a erizo en la habitación.

Él doctor se colocó frente a una maquina y comenzó a teclear botones para luego bajar una palanca, las luces disminuyeron su brillo, y las correas qué sujetaban a la erizo se ajustaron más hasta el punto de lastimarla. Del techo comenzó a descender una maquina con distintas agujas, bisturís y cosas que podían causar mucho daño.

—¿con cual comenzamos?

— con una descarga electrónica— respondio con voz amenazadora y fría mientras miraba a la erizo.

Él ojos neón frotó sus manos para colocarlas en unas palancas— como. Ordené señor... Es hora de ver magia...

[...]

En aquel lugar, solo resonaban en las gruesas paredes los gritos de agonía y decesperacion de la erizo, rogaba porque se detuvieran, pero eso solo le causaba diversion a aquellos malvados y despiadados individuos, los cuales no hacían más que satisfacerse con los gritos de la chica.

<<Por qué a mí? ¿Por qué tuvo que pasar esto? ¿Es culpa mia? ¡Necesito ayuda, por favor! Ya no puedo más. Estoy sola, nadie va a venir a rescatarme. Siempre he estado sola, pero no lo había querido aceptar. Lo único que quiero es despertar un día en un lugar mejor, un paraíso.
Si pudiera dar mi último suspiro, pero hay algo en mí que me impide morir sin antes llevar a cabo mi venganza, ¿de verdad quiero venganza?">>

Actualizado: [28/09/24]

De Héroe A Villana: Vacaciones Inolvidables Donde viven las historias. Descúbrelo ahora