Única parte.

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TW: Manga/Anime spoilers, insinuaciones a lo sexual.

Para todo aquel que conociera verdaderamente a Dazai, era bastante obvio que llevaba alrededor de dos semanas fantaseando con las dichosas "flores amarillas", porque, aunque no lo pareciera, le encantaban ese tipo de detalles.
Cómo que en navidad te dediquen "Snowman" o te presuman con canciones simbólicas en las redes sociales.

Y como no, su novio, Chuuya, sabía de esto.

Le costaba las muestras de afecto, y rara vez era cariñoso con Osamu de de manera directa. El susodicho sabía de esto, y también sabía que el pelirrojo realmente lo amaba, no hacían falta palabras en lo suyo, con las acciones demostraba suficiente.

Pero, por alguna razón, Nakahara quería hacer que ese día sea uno especial para Dazai. Quería salirse un poco de la rutina de siempre y ser realmente atento con él.

Ambos se mimaban el uno al otro, ya sea con regalos, acciones, etc.
Pensaban que el otro se lo merecía, y que haya resistido todo lo que había pasado era una clara prueba de ello.

Eso era todo lo que estaba en mente de Chuuya en ese momento. Al fin de al cabo, a sus ojos el castaño merecía ser feliz.

Y aunque él supiera que no podría suplir todo el vacío que sentía Dazai, al menos quería poner hacerlo feliz durante un rato.

Así que ahí empezó su plan.

15:30pm, 21 de Septiembre, de ese mismo año.

Era un día más en la agencia. Dazai estaba en su escritorio, sin hacer nada como de costumbre.
Todo se movía con normalidad, Kunikida embobado con el papeleo, Ranpo comiendo dulces, Yosano atendiendo a Tanizaki y esté gritando por ayuda.
Kyoka y Kenji habían salido a una misión, y Atsushi se encontraba en la cafetería de abajo hablando con Lucy.

Era un día relativamente tranquilo, no habían casos por investigar, solamente reportes de los que se habían resuelto la semana anterior.

Por eso fue una sorpresa para todos cuando tocaron la puerta.

- Ya voy yo- - Ranpo detuvo al rubio.

- Dazai, ve tú. Que no estás haciendo nada.

- Oow...tu tampoco estás haciendo nada...- Respondió el castaño, irritado. Se levantó a regañadientes y abrió la puerta.

Allí se encontraba Chuuya, con un ramo de tulipanes amarillos con dientes de dragón como complemento.

Ninguno dijo nada, pues ninguno era bueno con las palabras.

Dazai se limito a sonreír emocionado, y abalanzarse sobre el pelirrojo.

Adentro de la oficina, el rubio giro a ver al pelinegro. Este solo sonreía viendo a la pareja divertido.

Hacían un gran contraste mientras paseaban por las calles de Yokohama.
Ver a una pareja con una gran diferencia de altura, el más alto con una sonrisa feliz, y un ramo de flores en la mano, mientras con la otra sostenía a la del más bajo, que se encontraba luchando contras los nervios e intentando no ser descubierto mirando al castaño, era algo muy interesante.

- Dime, Chibi ¿Qué más tienes planeado para hoy?

- No te hagas el idiota, tú ya lo sabes.

- Quiero oirte decirlo por ti mismo.

El pelirrojo suspiro pesadamente, y empezó a explicar su plan.

- Como se que no te gusta los lugares con gente, iremos a mí casa a ver pelis y comer snacks para que estés tranquilo...ya en la noche tengo una reservación en ese restaurante que tanto te gusta.

Yellow flowers. || Soukoku.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora