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— Siento sus miradas sobre mí, ¿qué ocurre? —pregunto la menor de hebras rojizas aún con los ojos cerrados

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— Siento sus miradas sobre mí, ¿qué ocurre? —pregunto la menor de hebras rojizas aún con los ojos cerrados.

Inmediatamente apartaron su vista un poco avergonzados.

— ¿Dónde fueron?. Me tenían tan preocupado —Sísifo se acercó a pasos apresurados hacía los menores para acariciar la cabeza de ambos.

— El patriarca nos concedió permiso de ir a la aldea cercana al santuario —con su mano libre Regulus apartó la mano de su tío de su cabeza, algo apenado.

— ¿A la aldea? ¿Porqué? —interrogo un tanto confundido sin entender muy bien la razón.

Las mejillas de Nara adoptaron un tono rojizo que podría competir con el de su cabello. El mayor ladeó la cabeza aún sin entender.

— Invite a Nara, a recorrer el pueblo. Ella nunca había salido antes del santuario así que decidí darle un recorrido —sonrió inocente ante la mirada perpleja de su tío.

«¿Salir?, salieron como amigos o..»
pensó Sísifo cautelosamente.

— Nara es una muy buena amiga, merecía salir del santuario al menos una vez —hablo Regulus con suavidad algo poco usual en él.

🌙


Los adultos observaban a los menores
desde las gradas del pequeño Coliseo.
Mientras Regulus parloteaba de un lado al otro, la de cabellos rojizos permanecía sentada en el suelo observándolo sin abrir los ojos. Solo su cabeza seguía los movimientos del joven león dorado.

— Hacen una muy bonita pareja —comento de la nada. Defteros de Géminis, el hermano menor del antiguo caballero de Géminis, Aspros.

Quién murió contra el atentando del patriarca Sage hace un año, cediendo el puesto de caballero a su hermano gemelo, Defteros.

La pesada mirada de Kardia cayó sobre el haciéndole tragar en seco.

— Concuerdo con Defteros ambos parecen llevarse de maravilla —apoyo Aldebaran con los brazos cruzados arriba de su pecho.

Kardia se llevó una mano a su pecho ofendido pues estaban hablando de su pequeña Nara, su niña prodigio.

— ¡¿Cómo se atreven?! ¡Ella todavía es una niña! —hablo dramático como si se tratase de un padre.

— Una niña que crecerá Kardia —dijo Degel mientras se quitaba sus anteojos. —Todos sabemos que es inevitable.

El caballero de escorpio suspiro algo dolido ante las palabras del acuariano, ya que como siempre el tenía razón.

— Asmita la trajo al santuario por una razón —por primera vez Albafica artículo unas palabras luego de tanto tiempo allí sin decir una palabra—. El era el caballero más cercano a dios... sin embargo Nara lo derrotó. Un poder así... jamás había visto nada igual.

Finalizó con asombro en su última oración. Todo fue un breve silencio hasta que el caballero de géminis decidió hablar.

— El patriarca Sage, me ordenó ir en busca del pergamino del destino con las pitonisas —informó Defteros teniendo toda la atención de nuevo.

— Pero mi hermano Ilias y yo...

— Está vez es diferente Sísifo —lo interrumpe con algo de hostilidad.
—Es acerca del destino corrompido. Una profecía del pergamino que no se cumplió —explico manteniendo una postura sería.

— Eso es imposible nadie puede interferir con el destino —intervino, El Cid con algo de reproche.

— Sólo si sabes lo que va a pasar lo puedes cambiar... —divago Sísifo algo atónito.

— Así es tal parece que la razón del porque Nara está aquí es mucho más profundo de lo que creíamos y no una simple coincidencia —dijo Defteros mirando a la distancia a la menor conversar con el caballero de Leo.

𝐏𝐑𝐎𝐃𝐈𝐆𝐈𝐎; Regulus de LeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora