Baji omega.
Chifuyu alfa.
En un mundo donde te te sientes perdido. Baji siente que ha perdido algo que no sabe distinguir.
Y aunque no lo desee sigue con su vida, hasta que al cumplir 19 se va cruzado en un salón de clases con un alfa... Uno que e...
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Como delirio, como una obsesión, ese sentimiento tan fuerte de querer volver su propiedad a quien tiene debajo, despierta una locura y lo pone necio. Tiene que frenarse desde sus adentros para evitar hacer una locura más, como si no fuera suficiente prueba lo que ya había hecho de lo impaciente que puede ser, si, se siente un necio, pero también, le despierta el sentimiento placentero verlo intentando recuperar el aliento, con el cabello desordenado y las marcas de sudor corriendo como prueba de esfuerzo que acaba de hacer, tiene los labios rojos de los besos que ha recibido y el olor, su olor lo vuelve más necio, lo está hundiendo.
Ninguno de los dos dice nada, se quedan en silencio, uno que encamina a la duda existencial, ni siquiera se conocen y han terminado de esta manera, el mayor solo sintió que su conducta no fue normal, pero, aun así, sabía que ese sentimiento inmortal que ha tenido desde siempre por él, es otro rasgo, un camino que tal vez nadie entienda, porque se siente tan propio, a pesar de que jamás habían estado así de cerca. Pareciera que quería que alguien le hiciera pruebas de laboratorio solo para saber que es lo que sentía, él que nunca se consideró un animal, había hecho gala de lo que se considera un alfa, uno sediento de algo, de alguien. Había llevado al limite al chico que ahora tiembla un poco por el frio que su piel siente al no tener mas que la camisa mal puesta y completamente abierta.
No puede evitar ver como no lo miraba, había cubierto sus ojos con su antebrazo, tal vez porque así como el, sentía que estaba mal lo que acaba de hacer, pero no se arrepentía, de pronto se dio cuenta, cuando la calentura se le bajo un poco, estaban en la escuela, en un aula, el era su estudiante y además...Chifuyu se vio golpeado de pronto por la razón, se enderezo un poco más quitando el peso que el más bajo tenía aun y dándole espacio, nota como él de mechones rubios suspira, mientras al final le da por descubrirse la cara, notando como cuando se endereza del escritorio un quejido fuerte le sale de la garganta, producto del dolor en su espalda baja.
Chifuyu nota como sus mejillas se ponen de un rojo intenso, uno que sin duda le hace ver sumamente lindo a sus ojos, en como trata de acomodar su camisa también, es entonces cuando es consiente de todo, así que se arregla lo mejor que puede su propia ropa, aun en el arie del lugar se nota lo caliente que estaban, así que saca un pañuelo que guardaba en su bolsillo trasero, no sabe si debería hacerlo él o darse lo, cabe más la primera opción cuando nota el rostro confundido del mas joven, como si no pudiera salir del cumulo de emociones que está travesando.
Y es así como pega el brinco cuando siente que el otro está haciendo la acción de limpiarlo, parece una mala broma cuando se concibe un poco cuando pasa la mano por su abdomen y entre sus piernas, como si no acabara de marcarle todo el cuerpo de mordidas. Unas muy notorias marcas de apeamiento que muestran su posesividad. Chifuyu no para de repetirse que no debería sentirse bien por haberlo dejado en ese estado, pero le gusta, le gusta mucho como se ve así, con el cuerpo marcado por sus besos y mordidas, con la cara roja y la marca de sus manos en su cintura.
De repente cabe la duda existencia en ambos de un poco y de todo a la vez, cuando ámbar y verde se cruzan, el mayor lo mira un poco más notando lo encendido de sus ojos, no se fija cuando ya se inclina y le come la boca una vez más, mientras que un ronroneo se escucha de parte del omega. Algo que le hace sonreír, porque sabe que el otro se siente cómodo. Aunque tiene que separarse para no caer presa de nuevo de las ganas de hacerlo suyo de nuevo.
