𝓣𝓜 | ❝A través de mí❞
Selena McCall es la hermana mayor de Scott, pero también se ha convertido en una fiel seguidora de todas sus aventuras. Todo en sus vidas parece estar en orden, hasta que lo sobrenatural se encarga de sacudirlas.
Un alfa...
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SELENA MCCALL:
Ni siquiera supe de donde reuní fuerzas para soportar el cuerpo de mi hermano, pero estuve agradecida de que pudiera sacarlo de ahí sin que ninguna bala volviera a tocarlo. Estaba completamente aterrada, podía sentir como mi propio cuerpo temblaba por el frío y el temor mientras trotaba junto a Scott lejos de la casa de Derek. Nos detuvimos en mitad del bosque y ambos caímos al suelo exhaustos, sobre todo Scott quién se quejaba adolorido mientras una especie de humo salía de sus heridas de balas. Cuando ví que sus ojos se cristalizaron mi corazón apretó contra mi pecho. N no sabía la razón por la que él quería llorar, pero tampoco me importaba saberlo. Si él lloraba, yo no podía evitar hacerlo tampoco.
El bombeo de mi corazón llegó hasta mi cabeza al darme cuenta de que no podía hacer nada porque ni siquiera sabía que era lo que ocurría. Tomé la mano de mi hermano con fuerza como si eso pudiera quitarle el dolor y mi tonta esperanza insistía en que en algún momento dejaría de quejarse. Tomé su rostro y por unos segundos recordé sus tiernas mejillas de niño que me encantaban pellizcar y una pequeña lágrima brotó de mi ojo derecho mientras repetía su nombre.
—Quédate conmigo —murmuré mientras lo escuchaba quejarse una vez más. Si hubiese podido pasarme el dolor, lo habría hecho sin dudarlo—. No mueras, por favor —pedí en voz baja.
Apoyé mi frente en su pecho sintiendo el humo golpear mi piel, hasta que escuché unas pisadas.
—Él no morirá —dijo alguien detrás de mí.
Al darme vuelta, sorprendentemente, me encontré con el veterinario Deaton. Se acercó hasta nosotros cuidando de sus movimientos para no alarmarme y levantó el cuerpo de Scott con ambos brazos. Antes de llevárselo, me dio una mirada completa llena de compresión.
—Vamos, Sele. Iremos a la veterinaria, él se pondrá mejor —dijo.
Habían razones para confiar en él, sus palabras no tendrían por qué ser mentira, en especial, porque fue él quien siempre nos ayudó. Más bien me había quedado sin reacción alguna por su de repente aparición en el bosque y por su relajada forma de actuar ante lo que estaba sucediendo. Yo sabía del mundo sobrenatural, pero estaba aterrada por todo lo que ocurría.