CAPÍTULO 2: Superando mis limites

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Era un nuevo y hermoso día en la ciudad de Musutafu los civiles caminaban tranquilamente, todos llendo a sus respectivos lugares.

Mientras que en un parque de la ciudad se podían observar a gente pasear tranquilamente,  parejas teniendo una salida,  otros disfrutaban el paisaje, este era el caso de un anciano que se encontraba alimentando unas aves con migajas de pan.

"Coman pequeñines"-diria el anciano con una expresión alegre, mientras veía como aquellas aves se acercaban comiendo las migajas de pan.

El anciano voltearia la mirada a su lado izquierdo notando como alguien venía corriendo a una velocidad considerablemente rápida para una persona normal.

"Oh, ya me preguntaba si no iba venido"-diría el anciano con una expresión tranquila.

En cuestión de segundos aquella persona habría llegado al lugar donde encontraba el anciano lo que ocasionó que las aves se fueran volando por la repentina llegada de aquella persona.

"Dime jovencito apenas llegaste, o ya le has dado un parde vueltas al parque"-preguntaría curioso el anciano a la persona recién llegada quien tenía una sudadera azul y cabello verde.

El chico de cabello verde voltearia la mirada viendo al anciano.

"Ah, es usted señor, buen día"- saludaria el chico de cabello verde siendo Izuku Midorilla quien respiraba agitadamente.

"Y bueno con respecto a su pregunta, digamos que ya le di 17 vueltas al parque"- respondería Midorilla con una gran sonrisa.

"En serio ¿que le dan a los jóvenes de hoy en día?"- cuestinaria el anciano con un tono sarcástico.

"Eh, pero no es la gran cosa darle 17 vueltas a un pequeño pequeño"-diría Midorilla bastante apenado.

"El parque que consideras pequeño tiene un área de 25 metros de diámetro"-diría el anciano.

"Eh, bueno supongo que si es algo"-diría Midorilla apenado mientras se rescaba la cabeza.

"Bien muchacho ya no te interrumpo más en tu alocado entrenamiento,  nos vemos luego en la playa"-se despediria el anciano el cual empezaban a alejarse.

"Este si...nos vemos"-se despedria Midorilla.

"Bien tendré que dar lo mejor de mi"-diría Midorilla más motivado,  por lo que empezaría a correr.

                《NARRADOR》

Izuku Midoriya estaba más motivado que nunca, después de ser salvado de su intento de suicidio por la Heroína Mirko y que esta misma lo haya motivado a seguir con su sueño, su admiración por ella se desbordó.

Aquella acción había dejado una marca imborrable en su corazón y lo había impulsado a luchar aún más por su sueño de convertirse en un héroe.

Izuku decidió tomar el consejo de Mirko y fortalecer su cuerpo para compensar su falta de quirk, desde entonces empezó a correr grandes distancias, hacer flexiones y sentadillas, también había estado estudiando un poco sobre las artes marciales.

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