Florecer

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Para Ben, conocer a Blonko había sido una de las mejores cosas que le habían ocurrido. No estaba enamorado, no había sido un caso de amor a primera vista. Sin embargo, era algo muy especial. Blonko lo trataba con amabilidad, algo que no experimentaba con frecuencia de otros machos alfa. Se sentía valorado y significativo a su lado. Aunque su familia también lo cuidaba, no era comparable.

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Blonko ya había pasado un mes con los Anoditas y se había dado cuenta de que en esa aldea vivían muchas manadas extranjeras y mixtas. En la aldea de los Anoditas, también había algunos seres que habían sido rescatados o habían acudido al abuelo de Ben, quien era el líder de la aldea. Gracias a la familia Tennyson, los hermanos menores de Blonko pudieron regresar a su aldea natal para completar su recuperación. A pesar de esto, Blonko no deseaba volver.

Por alguna razón, deseaba quedarse con Ben y conocerlo mejor. No ocultó sus deseos ni a su familia ni a los Tennyson. Por lo tanto, tomó la decisión de llevar a sus hermanos a su aldea y regresar junto a Ben. El padre al escuchar a su hijo expresando que quería quedarse con los Tennyson un tiempo, no pudo objetar. Blonko le prometió que volvería al menos dos días cada dos lunas.

Sin grandes problemas, la familia de Ben cuidó de Blonko y le mostraron sus tradiciones, costumbres, incluso le contaron su historia. Para Kevin fue tortura pura ya que llevaba algunas semanas siendo consciente de sus grandes sentimientos por Ben. Incluso notó como Ben evitaba estar a solas con él. A pesar de sus sentimientos había elegido a Gwen por miedo a "hechos" (simples rumores) que había escuchado sobre los omegas. Kevin apreciaba a Gwen y realmente la quería, pero él no correspondía su amor de la misma manera.

Lo más frustrante de todo era que Kevin comprendió que la conexión entre Ben y Blonko era increíblemente sólida. Kevin siempre había disfrutado de ser rival, de ser algo "malo" con Ben, porque eran como hermanos. Y a pesar de ser así, lo cuidaba bastante. Solían salir de la aldea y hacían travesuras, o se quedaban a hacer travesuras en la aldea. Él siempre le cuidaba la espalda y nunca había dejado que le pasara nada. Mientras más lo pensaba, más se daba cuenta de que había sido un idiota por elegir a Gwen.

Después de mucha reflexión, Kevin intentó convencerse de que su amor por Ben era como el de un hermano mayor. Ben era como un hermanito que tenía pareja por primera vez y se iba del nido. Si no se convencía de eso jamás iba a poder estar tranquilo con Gwen.

Lo mejor de estar con Gwen (tenía que verle el lado positivo) era que ninguno tenía un celo, al menos no al nivel del celo de los donceles. Lo único que sufrían era unos días en los cuales sus cuerpos tenían una leve fiebre y picos de excitación fuertes, algo que no se comparaba al celo que sufrían los donceles. Los celos de Ben eran los que más miedo le habían dado y la razón por la cual terminó convenciéndose de que estaban bien.

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Blonko se quedó con los Anoditas y después de tres meses, comenzó a salir con Ben. Ambos se percataron de lo mucho que sus cuerpos pedían por el otro y de lo mucho que disfrutaban al otro. Algo que a Ben no le pasaba con Kevin. Todo eso le hacía acordar a unas leyendas que su abuelo le contaba de niño. El hilo rojo del destino, que venía de unas aldeas del oriente; y la pareja destinada, que hablaba de cómo había un alma gemela para cada uno.

Sin embargo, al charlarlo con otros donceles y doncellas entendió que lo que le sucedía con Blonko era una reacción a un alfa nuevo. Era su cuerpo haciéndole saber que estaba listo para procrear. A eso se le sumaba que ambos eran compatibles. Una vez lo vio desde ese punto de vista pudo darse cuenta de cuanto su cuerpo se relajaba en la presencia de Blonko. Al pensarlo un poco más notó como su cuerpo buscaba a cualquier alfa... así que decidió que con su corazón elegiría a Blonko.

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