Capítulo 3

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Cuando la ambulancia llegó se encontraron con aquella lamentable escena, donde Juan seguía inconsciente con la cabeza entre las piernas de su hermana, quien no dejaba de llorar. Los paramédicos se los llevaron al hospital y minutos más tarde ambos fueron atendidos. Angélica estaba lo suficientemente lúcida como para relatar lo ocurrido a los doctores quienes la revisaron y atendieron de inmediato. Más tarde esa misma historia fue contada a un par de policías, aunque la chica entendió, por la actitud de los oficiales, que no harían el más mínimo intento de dar con los responsables.

Poco antes del amanecer, Miguel y Pam llegaron al hospital, preocupados por sus hijos. Él fue al cuarto de Juan, ella fue a ver a Angélica. Miguel miró con lágrimas en los ojos el estado de su hijo, estaba destrozado, con la cara hinchada y varios huesos rotos. No había despertado desde antes de que llegaran al hospital y el doctor que lo atendió, le dijo a Miguel que no podía establecer un pronóstico pues el estado del chico no era nada bueno. El señor estuvo llorando un largo rato, mirando a su único hijo a través de un cristal, pensando que, si aquella noche su hijo se despedía de la vida, sería por culpa suya, pues fue él quien lo había incentivado para salir, a pesar de que Juan no quería hacerlo.

Poco antes de que Pam entrara al cuarto de su hija, la doctora que atendió a Angélica la interceptó y le dio un resumen del estado en que se encontraba la chica.

- De manera general y por lo que su hija relató, sabemos que fue violada por dos hombres; los mismos que golpearon a su hijo; tras una revisión exhaustiva no encontramos daños físicos de gravedad, no obstante al vivir una experiencia tan traumática como esta, recomendamos dar seguimiento psicológico, para asegurar el bienestar de la chica. Por otro lado, tras recolectar la evidencia necesaria para dar sentimiento legal al caso, se encontraron rastros de tres tipos de semen distintos, así que cuando sea necesario, ella tendrá que aclararlo, pues las evidencias no corresponden por completo con lo que relató.

- ¿Tienen alguna idea de quienes fueron? - la doctora miró a la madre de Angélica y bajó la cabeza, fingió anotar algunas cosas en su libreta mientras hablaba.

- Su hija dijo que fueron policías los que le hicieron esto a sus hijos, honestamente, dudo mucho que los lleguen a agarrar, seguramente entre policías se van a ayudar pero, puede ser que haya alguien que pueda ayudarles, por ahora es todo lo que puedo decirle - dijo la doctora y extendió una mano a Pam, quien de inmediato notó que en la palmada de su mano había un papel.

Pam entendió que aquel no era el momento para mirar lo que la doctora le había dado, así que solamente guardó el papel en un bolsillo y entró en el cuarto de Angélica. La chica estaba recostada en una cama de hospital, sus ojos lucían rojos por las lágrimas y su cabello estaba desordenado, pero fuera de eso, al menos físicamente, no presentaba daños. Pam corrió a ella y ambas se fundieron en un abrazo, un gesto mudo que hizo sentir a la chica reconfortada por un momento, al sentir el amor de su madre, pero casi de inmediato, recordó a Juan en la última imagen que tenía en su memoria, sus ojos se abrieron grandes y se separó de inmediato de su madre, tomándola por los hombros, entregándose nuevamente a la desesperación por saber algo de su hermano, mientras parecía que todos le querían ocultar lo que había pasado con él.

- ¿Dónde está Juan? ¿Está bien? ¿Qué les han dicho? - Pam tomó por los hombros a Angélica, en un gesto pacífico que le decía a su hija que todo estaba bien. Para tranquilizarla, la ayudó a recostarse y no habló hasta que la chica se estuvo cómoda y un poco más calmada.

- ¡Tienes que calmarte! No sé cual es el estado de Juan, Miguel fue a verlo y supongo que en cuanto sepa algo...

- Él está muy mal - dijo Miguel desde la entrada del cuarto donde yacían madre e hija, la voz de aquel hombre sonaba cansada, triste, como si la felicidad lo hubiera abandonado por completo; su semblante era lamentable, entró encorvado, con los ojos hinchados y el pelo desordenado - hablé con el doctor y no fue capaz de darme un pronóstico, tiene varios huesos rotos, contusiones y no ha logrado despertar.

Angélica: mi hermano mayorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora