Era justo que la persona que le avía devuelto los latidos a mi corazón, también fuese quien se lo robará.
Y fue muy justo que yo me rompiera el corazón amándola.
La vida es así, un balance existencial.
Ella es fuego en el paraíso,
Y alavés un milagro en pleno castigo eterno.
Ella es Magia.
No existe el cielo sin un infierno.