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Dos días después... 


Dos días en los que no he hablado con ella. ¿Por que? Por que simplemente es necesario hacerlo. Por mas que no me guste, es necesario.

Después de aquel bochornoso incidente, no hemos vuelto a hablar. Es mejor mantener la distancia para no hacernos daño. Y tengo que morderme la lengua para no ir hasta ella y preguntarle como esta. 

Aunque no es necesario hacerlo, me basta con solo verla. ¿Es posible que alguien pierda peso en dos días? Pues creo que si, Leah no se ha visto nada bien desde aquella noche. 

Me preocupa su salud mental, pero por ahora no voy a intervenir. 

Preferí alejarme de ella antes de que todo esto empeorara. Me gusta, me gusta demasiado, pero ella no tiene muy en claro sus sentimientos. No estoy molesto con ella, la entiendo un poco, no es nada sencillo dejar de amar a alguien de la noche a la mañana, pero tratar de usarme para sacarse a su ex esposo del corazón, no está bien. 

No puedo ser el plato de segunda mesa de nadie, yo tengo dignidad. Tengo sentimientos y no puedo arriesgar mi corazón a que sea lastimado por alguien que esta confundido. 

Dejamos de almorzar juntos, deje de llevarle el café que le gusta por las mañanas. Solo hablamos de trabajo, nada más. Aunque a veces resulta incomodo para mi, es necesario mantener el profesionalismo para que no hayan mas malos entendidos. 

Estoy molesto conmigo mismo por haber ido tan lejos ¿en qué rayos estaba pensando? Estaba recién divorciada y yo me acerque a ella sin pensar en las consecuencias. Ambos estuvimos mal en adelantarnos a todo. 

Hoy no vino y la oficina se siente bastante vacía. 

—Jefe, alguien lo busca. 

—¿Quien? —me puse de pie. 

—Es una señorita, dice que se llama Jennifer y que lo conoce. 

Fruncí el ceño, no recuerdo conocer a alguien con ese nombre. Aun asi sali de la oficina para dirigirme hacia donde me dijo uno de los meseros en donde estaba la señorita. 

En el pasillo que va hacia el bar, había una mujer alta, esbelta y de cabellos castaños que lucia un atuendo bastante ostentoso. 

—Buenos días señorita. 

—Buen dia Marcelo —me sonrió—, no me recuerdas ¿cierto?

—No, lo siento. —respondí un poco apenado.

—Soy una de las chicas que estaba el club Bahía hace dos noches, soy la que te pidio tu numero, tu direccion para saber si llevaste a Leah con bien. 

Claro que la recuerdo. 

—A juzgar por tu expresión diría que si me recuerdas.

—Si claro, claro que te recuerdo. Jennifer ¿no? —ella asintió. 

Después del Matrimonio. [+18] Finalizada ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora