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Me senté en la camilla como pude, mi vista estaba borrosa y mis ojos se sentían pesados.

¿Donde estoy?

—Leah —frente a mi apareció Fernando— ¿estas bien?

—Si.. —mire mis manos— Roxanne, debo irme con mi hija.

—Espera un poco, estas débil.

—No me importa, tengo que ir con mi hija. 

Como pude me baje de la camilla y sentí un leve mareo, pero eso es lo menos que me importa ahora, tengo que regresar con mi hija. 

Me aferre a Fernando y solté mi llanto, la imagen de mi hija sobre esa camilla cubierta de sangre, fue desgarradora, no lo entiendo ¿Por que se ensañó así con su hija? 

Había llegado donde estaban todos, mire hacia a través del cristal pero ella no estaba y mi miedo se incrementó. 

—¿Dónde está mi hija? —le pregunté a Vigo.

Marcelo venía llegando a grandes zancadas, su rostro estaba enrojecido y cubierto de lágrimas.

—Marcelo —lo tome por la camisa— ¿Donde esta Roxanne?

—Ella... Ella está en coma justo ahora, el doctor dice que estas horas son cruciales para Roxanne. 

—No —negué varias veces mientras sollozaba—, no puede ser... Mi pequeña no. 

Mi pecho se oprimió con fuerza al escuchar a Marcelo, esto no puede estar pasando, no ahora.

—Tu —fue hacia Agnes— tu me diras donde esta ese bastardo.

—Marcelo no..

—¡Vas a decírmelo! —alzó la voz— ese bastardo tiene que pagar por lo que le hizo a mi hija. 

—Detente Marcelo —volteo hacia mi, me miro de forma incrédula— no hagas algo de lo que te puedas arrepentir.

—¿Te estas escuchando Leah? Mi hija está allá dentro —señalo hacia una puerta—, su cuerpo tiene moretones y un maldito yeso cubre su brazo. Me duele verla asi.

—¡¿Crees que no me duele?! —mi voz se quebró— a mi mas que nadie me duele esto... Pero si cometes una locura, vas a ir a la cárcel y no puedo permitir que me dejes sola en este momento.

El pareció entender mis palabras, se cubrió el rostro con sus manos y se agacho a llorar, es la primera vez que veo a Marcelo en ese estado. Yo me agache también y el se aferro a mi mientras sollozaba, aqui nadie es fuerte, ambos estamos destrozados. 

—Lo siento... Lo siento tanto Vita mia, no debi dejar a Roxanne sola, todo esto es mi culpa —un sollozo salió de sus labios. 

—No mi amor no es tu culpa —se aferro mas a mi—, se que estas molesto, pero no quiero que cometas una locura, no puedes dejarme sola en este momento.

Después del Matrimonio. [+18] Finalizada ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora