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Aveces la sociedad de hoy en día era una completa mierda.
Una de las cosas que lo hacían así eran los estándares de belleza.

Si eras un omega, debias ser delgado, frágil, delicado del rostro y sumiso. Si no eras asi, te quedarías soltero toda la vida y hablarían mal de ti toda esta.

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Ese día Sanji estaba siendo regañado por su padre por estar fumando.

- Te dije que eres un omega, así jamas te casaras- dijo el hombre rubio con pata de palo.

- No me interesa casarme, si las personas no me aceptan como soy se pueden ir a la mierda- dijo el hombre recargado en el barandal.

- Se que te gustan las mujeres, a las mujeres no les gastarás si no te comportas como omega-

- No importa- dijo soltando el humo por la boca.

El hombre suspiro dejándolo solo, el rubio se quedó allí hasta que miro un barco. Tenia una calavera con un sombrero de paja

- Piratas, espero no causen problemas- dijo apagando el cigarrillo.

Se vistió y entró haciendo su trabajo diario, haciendo de mesero.
Algunos hombres alphas le miraban pero al ver que no era delicado ni frágil perdían el interés; a los minutos entró un alpha que emanaba un olor a Sake y acero, el rubio levantó la vista y observo a un alpha peliverde, pero seguido un beta y una hermosa alpha cabellos naranja.
Se acercó a ellos y habló.

- Mi nombre es Sanji, ¿puedo tomar su orden?- dijo mirándoles.

El peliverde al ver a Sanji inhalo su olor, cigarrillos con naranja. Sonrió un poco y miro su cuerpo. No era muy delicado, sus piernas eran tonificadas y fuertes, sus brazos eran algo musculosos pero no tanto como sus piernas, y su rostro, quizás si se quitaba la barba sería más delicado pero a el le pareció lindo.

- ¿y usted, que pedirá?- dijo Sanji.

- un poco de licor y unos Onígiris- dijo sin despegar su mirada en el.

El rubio se fue y zoro desvió la mirada a ese trasero, sin lugar a duda era su tipo.
Estuvieron conversando hasta que llegó la comida.
Cuando sanji le dio la comida, zoro este pudo apreciar mejor su cuerpo y rostro. Sin lugar a duda la persona que zoro buscaba.

Cuando terminaron de comer, zoro se levantó buscando el baño, pero terminó fuera del restaurante.
Mientras caminaba miro a Sanji fumando afuera.

- Es extraño ver a un omega fumar- dijo Zoro poniéndose a su lado.

- No tiene que importarte- dijo sanji.

- Tu cuerpo no es nada delicado, tendrás problemas al conseguir alpha-

- ¿Quien dijo que busco un alpha? - dijo Sanji un tanto molesto.

- Tarde o temprano tendrás que encontrarlo- dijo Zoro.

- Mira, toda mi vida he escuchado eso, y no busco a un alpha que me quiera solo como trofeo. Si es así prefiero morir solo- dijo Sanji.

- Que respuesta tan interesante... Pienso lo mismo, no busco a alguien que quiera que lo defienda y solo dependa de mi...- dijo mirando a Sanji.

- Buena suerte buscando- dijo Sanji apagando su cigarrillo.

Cuando sanji se iba a ir Zoro tomó su mano. Lo acercó a él y tomó su cintura.

- Me refiero a que eres mi tipo- dijo Zoro.

Sanji se quedó helado. Lo aparto de una patada.

- No soy una puta barata que se deja enganchar por el primer alpha que le hable de amor- dijo sanji un tanto molesto.

- Jamás dije que eres una puta, no pongas palabras en mi boca- dijo el hombre.

Sanji le miro y suspiro.

- Deberías ir con tus compañeros. No tardan en zarpar- dijo yéndose de allí.

Zoro suspiro volviendo a entrar en el restaurante. mientras el rubio recogía los platos escuchó algunos cañones y peleas, suspiró y salio observando la pelea entre aquel pelo verde de antes y un tipo con una gran espada; algunos minutos más tarde se dio a la luz el vencedor de la pelea, aquel chico de pelo verde había perdido.

mientras el chico omega que se estiraba peleaba los del restaurante empezaron a curar al alpha. Sanji descubrió su pecho dejando ver aquella horrible herida, poco a poco la trataron. Quedaría una gran cicatriz, y le dijeron a Sanji que lo llevara a su habitación, ya que era la más alejada al caos.
Este aceptó de mala manera, lo acostó en la cama y se sentó en una silla junto a una ventanilla.

A los minutos le abrazaron por la cintura.

- Deberías estar acostado - dijo Sanji apartandole.

- es más cómodo estar así - dijo oliendo su aroma.

- Pero me incomoda que tengas tu maldita nariz en mi cuello - dijo acostándose en la cama.

Zoro le miro y sonrió un poco.

- No me voy a rendir, acabo de ponerme otra meta - dijo mirándole.

- ¿Otra? - murmuró el Rubio.

- Si, seré el mejor espadachin del mundo y tu alpha - dijo con una muy leve sonrisa.

- Que idiota... ¿Cómo sabes que te correspondere? - habló prendiendo un cigarrillo y abrir la ventana.

- Tarde o temprano. Caerás - dijo sentandose en la cama.

- Eres un idiota... Buena suerte - dijo mirando a el mar.

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Detrás de la puerta estaba un señor de cabello Rubio y pata de palo, sonrió un poco al escuchar aquellas conversacion. Solo se fue de alli.

un omega diferente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora