Capitulo 10: ¿Qué hicisteis ayer? 🌃 🛌

59 5 10
                                    


Una sala oscura, una cama y un par de muebles era lo único que podía ver. En la cama había una niña con pelo castaño y ojos marrones claros. Rápidamente la reconoció. Era su hija, quien parecía estar dormida.

- Hola hormiguita. ¿Cómo estas? - La niña no respondía. Él pensó que simplemente estaba muy cansada.

Un ruido empezo a manifestarse a travez de una puerta de madera que hasta ahora no se encontraba en la sala. Se levanto a investigar qué eran esos ruidos que podrían despertar a su hija. Cuando abrió la puerta, un gran campo de girasoles se le apareció en frente. A lo lejos se avistaba una pequeña nave anclada a la tierra. Al lado de esta había un grupo de personas un tanto extrañas. No podía ver su cara pero sí las características de sus cuerpos. Pudo reconocerlos fácilmente.

- Hola Scotty. - El chico galáctico apareció detrás suya pillándolo desprevenido.

- Ah, hola Peter. No te había visto. - Le sonrió con su hermosa sonrisa, pero, el no le sonrió de vuelta. - ¿Estas bien? - Empezó a sonreír de forma terrorífica. Esto empezó asustar a Scott y fue retrocediendo poco a poco.

- Scotty - Alargo la ultima letra con una voz vacía y perdida. - Gracias por ayudarnos. Te lo agradeceremos. - Detrás de el empezaron a salir cientos de rastreadores y salían corriendo de un lado a otro destrozando todos los girasoles. Scott no pudo reaccionar. Uno de los rastreadores fue directo para la puerta que llevaba a Cassie.

- ¡CASSIE NO! - Scott fue corriendo hacia la puerta pero Peter lo agarro del brazo. - ¡¿QUE HACES?! - No entendía nada. Necesitaba salvar a Cassie. 

- Agradecértelo. - Este abrazo a Scott. Le estaba explotando la cabeza. Intentaba liberarse pero Peter empezó a apretar el abrazo impidiéndole respirar. Se estaba quedando sin oxigeno, necesitaba salir ya del agarre.

- ¡SUELTAME! - Cuándo abrió los ojos se percato de que había vuelto a la habitación de Cassie. Todo había pasado ya. No había señales de ningún rastreador. Esto relajo a Scott permitiéndose respirar de nuevo. Se levanto del suelo y fue a revisar cómo estaba Cassie. - Hormiguita, despierta. - Su cuerpo no se movió ni un solo ápice. Scott intento despertarla, sin éxito. Ya, agobiado, decidió darle la vuelta para ver su cara, pero.... - Cassie... - La niña yacía muerta en la cama con un gran arañazo en la cara y sin ojos. Solo había sangre a su alrededor. Scott empezó a hiperventilar sin saber qué hacer. Todo a su alrededor era caos. De las paredes empezaron a brotar cientos de rastreadores y todos empezaron a comerse a la niña. Scott, en shock, cayo rendido al suelo estupefacto. De la puerta salió Peter, apoyando sus manos en los hombros del chico y acercándose a su oreja para susurrarle una frase.

- Gracias, Scotty. - Se quedo paralizado. - Scott.... - No podía moverse. - Scott.... - No entendía nada de lo que estaba pasando. - ¡SCOTT! - 

Los gritos de su nombre lo despertaron. Se levanto instantáneamente de la cama, sudando y con la respiración agitada. - ¡Scott! ¡¿Estas bien?!. - Peter estaba delante de él, agarrando sus manos intentado tranquilizarle. Todo había sido un sueño, un horrible sueño. Ambos se miraron, pero, Peter se dio cuenta de que en la cara de Scott había terror. Dudo en hablar y prefirió usar su mejor lenguaje, sus abrazos. Scott se quedo inmóvil en el abrazo con temor. Peter se quedo esperando a que su respiración se tranquilizara. Tenia miedo ¿Lo iba a estrangular en su abrazo? ¿Cómo estaba Cassie? ¿Y los rastreadores de verdad no van a salir de las paredes?. Su cabeza era Caos, pero, pasaron minutos y el chico de terrorífica sonrisa no le hizo nada, de hecho, él era el chico de hermosa sonrisa. Tardo en darse cuenta de que quien estaba delante suya era Peter Quill, el ladrón. Cuando se dio cuenta lo abrazo rápidamente, desprendiendo algunas lagrimas que fueron poco a poco aumentando. - Estoy aquí Scott, estamos solos, nadie te va a hacer daño, no me voy a ir de tu lado. Siguió abrazándolo y con su mano guió la cabeza del chico a su hombro para que se desahogara con él. Este escupió todo su miedo en su hombro, soltando lagrimas desconsoladas. Pasado un rato pudo tranquilizarse. Se separo de él y lo miro a los ojos.

Sunflower/Star-antDonde viven las historias. Descúbrelo ahora