0 4 | Mirando

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-Ten esto.- Le decía el rubio arriba de la escalera a su hermano. El cual, se encontraba en otra escalera un poco más lejos que la del rubio.

Volkov y el super miraban al rubio y el crestas poniendo las decoraciones, ya que Greco estaba de cumpleaños ese día y querían hacerle una pequeña sorpresa de cumpleaños.

-¿Le estás mirando el culo a Gustabo?- Dijo el peliplata preguntándole a su superior.

-¿Cómo?-

-¿Le estás mirando el culo a Gustabo?- Repitió la pregunta.

El super se sonrojó un poco al escuchar la pregunta que le había hecho su comisario.

- Está en mi campo de visión, es obvio que le estaré viendo el culo.- Dos segundos después, al ver la sonrisa de su amigo, se corrigió.- ¡Pero no a propósito!-

-¡Jajaja!- Río el ruso.

Por otra parte, estaba el de cresta rosa embobado por la risa que había escuchado de su comisario favorito.

-¿Cuándo le dirás lo que sientes, Conway?- Interrogó el peliplata al super.

-Nunca, Volkov.-

Una vez el rubio y el crestas acabaron de poner las decoraciones se bajaron de las escaleras.
El de cresta rosa se acercó a su novio, el ruso de dos metros.

-¿Cómo está, Horacio?- Dijo Volkov dejando un beso en los labios de su novio.

Otra vez el pelirosa se quedó embobado viendo a su pareja. -Bien...-

-Joder, que puto asco.- Dijo el azabache para irse del lugar y subir hacia su despacho.

El rubio se acercó al ruso y hermano.

-¿Dónde está papu?- Le pregunto a su amigo.

-Creo que está en su despacho.- Respondió.

Sin decir otra palabra subió corriendo al despacho de papu. Tenía que hablar con él.

Una vez llegó al despacho tocó la puerta de este, escuchando un "adelante".

-Holaaa, ¿Cómo está, superimpotente?- Solo escuchó un gruñido por parte del superintendente.

-¿Qué coño quieres?- Habló sin mirar al rubio, ahora estaba mirando unos papeles muy "importantes".-Ahora mismo me pillas viendo papeles importantes.- Dijo para tomar un poco de agua que había en una botella.

-Hablando de ver, yo lo ví a usted muy a gusto mirándome el culo, ¿no es así?- Dijo el rubio, con una sonrisa pícara en su rostro. El super al terminar de escuchar a Gustabo, se atragantó con el agua y comenzó a toser.

El rubio se acercó rápidamente al súper y le pegó unas palmaditas en la espalda, como si fuera un bebé.
Una vez el super se calmó, habló.

-¿Q-qué coño estás diciendo, capullo?-

-¿No recuerda?-

-Yo no te estaba mi-mirando el culo...-

-Ya...-

El ojiazul se acercó peligrosamente al superintendente y miraba hacia arriba, por la diferencia de altura.

-¿Qué haces?-

Se acercó a su rostro, sus narices rozaban, sus respiraciones chocan y se entremezclan.
El azabache dió el primer paso, acercó sus labios y los juntó con los del rubio.

García quedó completamente en shock, no sabía cómo reaccionar.

Al ver Conway que el beso no fue correspondido se alejó rápidamente del rubio.

-Pe-perdóname, no debí hacer es-- Fue callado al sentir que Gustabo junto los labios con los suyos, en un momento reaccionó y correspondió el beso.

Estuvieron besandose, mientras el moreno repartía caricias en la cintura del rubio.
Intentó bajar las manos, pero se arrepintió en el momento, el rubio se dió cuenta y cogió las manos del moreno entre las suyas, las bajó hasta sus glúteos.

-Gustabo, n--

-Shh, no hable y disfrute.- El super soltó un gruñido y asintió.

Una vez tomó confianza, cogió al rubio desde los muslos y lo subió al escritorio.

-Jo-der...-

-Me dijiste que tocara, muñeca, estoy haciendo lo que puedo.-

-Pues no está para nada mal...- Dijo el rubio riendo y dejando un beso y la barbilla del moreno.- Para ser tan viejo.-

-Capullo.-

-Viejo.-

Más besos y más besos.

No eran besos con segundas intenciones, solo era un suave beso mientras compartían caricias y roces.

El sonido de la puerta los interrumpió, al sentir como la abrían se quedaron quietos mirando para ver quién era.

-¿Qué coño quieres, puto rusky de los cojones?- Habló rápidamente el super.

-Está por llegar Greco.-

-Joder, ya voy.- El comisario cerró la puerta.

-Hay que ir.-

-Sí...- Dijo entristecido el rubio.

-No te pongas así, nena, después seguiremos.- Habló coquetamente el azabache, haciendo sonrojar al ojiazul.

Se dieron un último beso, sonrieron como dos putos adolescentes enamorados y salieron de aquél despacho.





𝙊𝙣𝙚 𝙨𝙝𝙤𝙩𝙨/𝖨𝗇𝗍𝖾𝗇𝖺𝖻𝗈 ✩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora