—¿te ha pasado querer ser uno de ellos en su forma?.—Jamás me permitiría tal deshonra, vengo de ellos, soy su evolución —de inmediato conteste a Rubeus.
Dedique una mirada a su entrar, para luego volver a ver el cuerpo humano de los seres de Timar en aquella cápsula flotante.
—Aun así se siente la curiosidad por saber cómo es ser ellos, ¿no es así?.
Su silueta disminuyó la distancia y observó junto conmigo el cuerpo.
—eran muzzafiato. Cada parte que envolvía la conciencia humana. Todos diferentes e iguales a su vez —su admiración entró en detalle sin perderlo de vista— el despertar de su tacto sensible, dejándose guiar por sus emociones irracionales.
—son nuestros creadores —mi honor fue más que notorio.
—¿por qué un arma? —cuestionó sin entender— ¿encontrá de qué?, las armas son innecesarias.
—no, no lo han comprendido. No son un arma para nosotros o para dar un uso fuera de su contención — traté de explicar, guiando a la diminuta nave que sostenía mis extremidades bajas que llevara abrir la puerta por donde había entrado— son un arma para ellos mismos.
—fue un placer visitar Biuman —Rubeos se despidió— estamos en contacto, muzza Aristella.
Hice un gesto de cortesía después de la suya, antes de verlo partir de nuevo a Myrtus.
Los biumarn al terminar su visita volvieron a sus deberes, así que la puerta se volvió a sellar.
Los habitantes de Myrtus habían convivido con los habitantes de Timar, incluso se podría decir que eran los más cercanos tanto en distancias y contactos, entre las coexistencias interfiniugalac. Aunque lamentaron su pérdida, nadie podía intervenir directamente o indirectamente con los interiores de cada intergalac, como se le llamaba a cada existencia, pero Rubeos y yo habíamos establecido un contacto más allá.
Sí, era verdad, los cuerpos de los humanos originarios eran muy diferentes a los nuestros, en la mayoría de los aspectos. Antes de que nuestra silueta fuera la elegida por los cambiantes, hubo otras de prototipos, fallaron y fueron desechadas, ya que buscaban que se asimilarán con ellos, los humanos, pero eso solo traía errores, fue así hasta conseguir la nuestra, el contenedor perfecto para EHA-825, el espíritu, alma y humanidad pura en un cuerpo idóneo.
La adaptación fue un éxito. De esta manera se inició con la nueva vida de los humanos como Biumarn... nosotros.
Sus siluetas, con variantes de estatura fueron sustituidas por una misma, sus cuerpos quedaban pequeños a lado nuestro, sus pieles tersas, de diferentes texturas y colores fue cambiada por una sin color, las lyxes nos reflectaban blanco con incluso transparencias.
Mientras ellos resguardaban sus cuerpos con creaciones de Timar, nuestras propias pieles se regeneraban y creaban nuestras cubiertas, nuestras extremidades externas se guardaban dentro y exclusivamente se dejaban salir cuando lo queríamos, cuando la de los humanos permanecían fuera.
Eran criaturas peculiares de las cuales nacimos, su belleza efímera nos fue dada para que coexistiera. Quizás el ser diferentes los condenó a la pérdida de todo lo que les brindaba vida, olvidaron que por dentro eran iguales a cualquier interfiniugalac.
Sus cabellos de distintos colores fueron reemplazados por uno, del mismo que nuestros cuerpos, mientras lo único diferente de los biumarn eran los ojos. Los de rasgo femenino se mantenían casi igual que el cuerpo, únicamente que a penas con un ligero tono amarillo pálido, casi imperceptible, en tanto los de rasgo masculino reflectaban rojizo que nacía del mismo color que la silueta.
Cada parte de nuestros cuerpos tenía una función específica, con funciones altamente capacitadas y diseñadas para el cambio.
Éramos su arquetipo perfecto, éramos ellos en variación, uno que daba movimiento y seguía en desarrollo de extensión. No envejecíamos como lo hacían ellos, no procreábamos como ellos; el nacimiento de los biumarn eran en burbujas entre el espacio-tiempo y los lazos se creaban a través del EHA-825, el crecimiento era común como los habitantes de Timar, al menos hasta completar la madurez en interfiniugalac, solo hasta entonces el envejecimiento se detenía, por lo tanto, no había transformación o muerte como la conocían.
El espíritu, el alma y la humanidad se adaptaron con éxito, ahora los Muzzan éramos los primeros en ser los primeros biumarn, dentro de las planetarias.
Almacenábamos EHA-825 de Lunuar, Colton y Ali, formando Biuman y así expandimos nuestra existencia.
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𝘾𝘼𝙋𝙄𝙏𝙊𝙇 𝙃𝙄𝙇𝙇 1-𝖤𝗑𝗉𝖾𝗋𝗆𝖾𝗇𝗍𝗈 𝟫𝟫, 𝟫𝟫𝟫/𝖤𝗏𝗈𝗅𝗎𝖼𝗂𝗈́𝗇.
Science FictionQueda prohibido el uso de la trama, personajes o cualquier contenido de la historia para adaptaciones, copias, ideas derivadas o toma de ideas parcial o total de obra. (Si plagias o copias, tal vez no deberías estar escribiendo) Gracias. Portada di...