🌻 Único 🌻

131 20 6
                                    

Cuando Yoongi apenas tenía uso de razón, llegó a escuchar en el jardín de niños, de parte de su maestra, un cuento muy especial que le hizo abrir a su mente un mundo de fantasías, entre ellos le gustaban aquellos donde decían «Y tuvieron un felices para siempre», además de que, le encantaba mirar aquellos dibujos animados acostumbrados del Señor Ratón  de cuales su favorito era "La cenicienta".

Siendo además su madre, en especial, que le contaba cuentos sobre príncipes caballeros y heroicos, que salvaban a las princesas de villanos horribles que querían hacerles daño y aunque siempre se pensará que alguno de ellos ganaría, siempre salían perdiendo, siendo luego la feliz pareja quien saldría victoriosa del mal, dándose un feliz beso, con un hermoso final feliz.

Yoongi amaba tanto imaginarse que algún día encontraría a su bella princesa y harían el felices para siempre.

Era uno de sus mayores deseos.

Y ocurrió como aquel día, cuando fueron a visitar a la abuela a las fueras de la cuidad. Resultaba que era el inicio de la primavera, siendo demás flores silvestres, que empezaron a florecer y esparcir sus colores, entre ellos los cerezos, favoritos de Yoongi, que empezaban a frotar y esparcirse entre el  camino acompañado del Tidal Basin por el parque West Potomac.

Cuando llegaron a su casa, Yoongi fue corriendo hacia sus brazos para saludarla, cómo siempre estaba acostumbrado a hacer, solo que está vez, cuando llegó corriendo a gran voz, notó a su abuela, con un ramo de flores muy bonitas, flores amarillas e intensas como el mismo sol. Su abuela de igual forma lo recibió, pero no lo llegó a cargar, lo acaricio de los cabellos, elogiando lo grande que se veía.

A pesar de eso, Yoongi, inquieto en curiosidad preguntó, si esas eran sus flores, pero ella, le sonrió y le respondió con un suave, «No, cariño», a lo que Yoongi, pensó que sería un desperdicio si alguien no recibía de aquellas hermosas flores, pero su abuela finalizó diciendo «Son para tu querido abuelo».

El abuelo, hombre cariñoso, amante del ramen y el pollo frito, había fallecido hace unos meses, ya era mayor, pero aun así estaba saludable. Su muerte fue repentinamente, siendo un día que se fua a dormir temprano y de ahí no volvió a despertar.

Todos lo extrañaban.

Yoongi se preguntaba, si es que el abuelo era un ángel, ¿porque lloraban?.

La abuela no respondió en aquel momento cuando le preguntó, pero sus ojos brillaban de una forma dolorosa, siendo a veces que soltaba una que otra lágrima, y a pesar de eso, lo cargo en sus piernas, lo abrazó y le dió un beso en su frente.

Porque, ella era quién se encargaba visitar aquella tumba todos los fines de semana. El abuelo era su compañero de vida, su gran amor.

Y ese mismo día que llegaron, al primer lugar que fueron, era al cementerio a dejarle las flores al abuelo que tanto le gustaban.

— ¿Quieres dárselas, tú, cariño?— le había dicho su abuela, cuando enfrente tenían la tumba del abuelo. Diciendo Seojoon Min, 1925- 2004.

Aunque el ambiente estuviera triste, la abuela, supo contrarrestar sus sentimientos, haciendo que la tristeza no sobrellevara el ambiente de lo que concierne a Yoongi como un niño.

Antes de irse, Yoongi desvío su mirada hacia la tumba del abuelo y lo único que decía es que no quería que la abuela vuelva a llorar.

— Sabes...— le había hablado la abuela, mientras sostenía su mano, regresando al auto—. A tu abuelo, le gustaban las flores de color amarillo. En especial los girasoles.

— Por eso, se las hemos traído, ¿no abuelita?— sonrió.

Ella asintió con una de sus sonrisas melancólicas.

FLORES AMARILLAS- TAEGIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora