ROSALINA, LA PRINCESA ENAMORADA

CAPITULO I

En lo profundo del espacio, donde las galaxias danzan al ritmo de estrellas titilantes y los mundos se entrelazan en una sinfonía cósmica, se encuentra la majestuosa Galaxia. En su corazón, custodiando el equilibrio entre luz y oscuridad, reside la observadora estelar, la Princesa Rosalina.

La princesa Rosalína se encontraba en su observatorio, un lugar tranquilo y sereno en lo más alto del castillo. Desde allí, podía contemplar el vasto universo con su telescopio estelar y observar las estrellas que brillaban en el cielo nocturno. Estaba absorta en sus pensamientos cuando, de repente, la puerta se abrió lentamente, revelando a un Luma travieso que llevaba puesta una gorra roja con la emblemática "M" de Mario.

Rosalína sonrió ante la visión del pequeño Luma con la gorra de su amigo fontanero favorito. Durante un breve instante, su mente divagó hacia Mario, el héroe del Reino Champiñón, y su corazón comenzó a latir con fuerza. Sin embargo, no comprendía por qué ese pensamiento la había afectado de esa manera. Mario era un gran amigo, pero nada más que eso, ¿verdad?

Mientras luchaba por entender sus propios sentimientos, otro pensamiento se coló en su mente. Era la figura de Waluigi, el eterno rival de Luigi, un personaje oscuro y misterioso. Rosalína se encontró confundida, preguntándose por qué pensaba en él en ese momento.

Antes de que pudiera resolver sus pensamientos contradictorios, una misteriosa luz comenzó a brillar delante de ella. La luz se intensificó, creando un halo resplandeciente que envolvía a Rosalína por completo.

La figura misteriosa habló con una voz suave pero firme: "Princesa Rosalína, ha llegado el momento de encontrar al rey de los destellos y continuar tu linaje real. El destino del Reino Estelar depende de tu elección".

Dos almas destinadas a enamorarse en algún punto de su vida, solo que una lo haría primero del otro, y haría todo lo que estuviera en sus manos para lograr estár con el. Después de todo era por el bien de la galaxia