En la sombra de un engaño

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Viernes once de octubre

No te conozco

En pijama, subo los peldaños y siento un cuerpo detrás de mí. El grito se me atraganta. Enciendo la luz: solo es la sombra de la cortina, agitándose con la tormenta, sin embargo, se me eriza la nuca. Siento que me miran.

Apago la luz y subo hasta mi cuarto. Me muerdo el labio, temblando. Pego un brinco. La pantalla del móvil se enciende con un WhatsApp.

Víctor: ¿Estás sola?

¿Qué clase de pregunta es esa? Bueno, es Víctor. De los mujeriegos se espera cualquier cosa.

Yo: Si buscas a Leo, no está.

Pongo los ojos en blanco. Hubiera preferido que fuera mis padres, o incluso las gemelas, preguntándome sobre el reto del beso que me niego a contarles. Porque es mi secreto. Es mío.

Víctor: ¿Estás sola?

¿Por qué lo repite? Ya, me mata. Aggg.

Yo: ¿Para qué quieres saber?

Víctor: Porque no era la cortina lo que se movía.

Me obligo a tragar, como si eso fuera a borrar lo que acabo de leer.

Víctor: Sé que es imprudente decirlo así, sin el permiso de tus padres, pero quería saber si quieres ver una película de terror. Conmigo.

No me importa lo que dice, estoy congelada. Solo pienso en ese maldito cuerpo detrás de mí.

Yo: ¿Qué significa eso?

No responde, helándome aún más la sangre con su espera.

Víctor: ¿Sobre qué, Emily?

Yo: Acabas de decir que no era la cortina lo que se movía.

¿Acaso esa sombra era un hombre detrás de mí? Que miedo.

Yo: ¿Por qué haz escrito eso?

Tarda en responder. Por Dios, Víctor, ¿cómo sabes de esa maldita cortina?

Víctor: ¿No era la cortina lo que se movía?

Yo: Si.

Me chupo el labio, asustada y cargada de ansiedad mientras espero.

Víctor: Es una película retro de terror, Emily.

Busco en internet, pero no encuentro ninguna película con ese nombre.

Víctor: Pensé que te gustaban.

Claro que me gusta el terror, solo que nunca he escuchado de esa película. Pero bueno, hay tantas que ni caben en una estantería, sobre todo si hablamos de cine retro. Y no soy de las que lo saben todo.

Estoy tan alterada. Quizás sea la regla. Oh Dios, que no me venga. El lunes iré al centro comercial con las gemelas, me probaré mil vestidos, pero andar sangrando es fatal.

Me chupo el labio y tarareo bajito, mientras le respondo a Videl sobre las fotos de su maquillaje.

Víctor: Pero te gusta el terror, ¿cierto?

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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