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9/agosto/1994

El día de ayer tuve algo de suerte en la escuela. Después de un montón de clases, por fin llegó el momento de asistir a la reunión del grupo de teatro. Cuando entré, me sorprendió el tamaño del auditorio, a pesar de eso, solo estaba lleno poco más de la mitad. Decidí sentarme en las primeras filas y en ese momento, vi algo asomándose tras el telón: era Ortencia.

Ella miraba hacia todos lados hasta que finalmente me vio entre la multitud. Sonrió y saludó de forma hiperactiva, para luego darme un pulgar arriba. Alguien pareció llamarla porque miró hacia atrás y movió la boca, pero no pude escuchar nada desde mi asiento debido al ruido de la gente hablando. Sus acciones me dieron algo de motivación.

Pasaron unos segundos hasta que una música de ópera sonó desde los altavoces. Todos guardaron silencio mientras el gran telón rojo se abría, revelando a algunas personas, que más tarde descubrí, eran del grupo de teatro.

Una chica se adelantó de la alineación del grupo y con un tono de voz audaz comenzó a dirigirse al público. Empezó a presentar al grupo y luego a sí misma, o como era llamada, "Alice angel", una chica de piel pálida y cabello oscuro con una  aureola en la cabeza. Estaba presentándose en el escenario junto a otros integrantes. Su presencia parecía iluminar la habitación, y su confianza al hablar era admirable.

Alice habló sobre cómo avanzar con el grupo de teatro, y su entusiasmo era contagioso. Explicó la importancia de trabajar en equipo y la dedicación requerida para lograr el éxito en el escenario. Todo eso me llenó de entusiasmo, pero la luz se tornó más apagada con una música angelical algo triste, lo siguiente me desanimó de golpe y me llenó de dudas.

Alice mencionó que el grupo de teatro es limitado en cuántos integrantes puede haber, no podían simplemente meter a todos porque no se necesitan tantas manos. De forma algo sádica sacó una lista junto a una pluma y con una sonrisa en su rostro pareció tachar  algunas personas  de su lista .

"Las siguientes personas que eh mencionado se pueden retirar, no hay cupo suficiente".

Me resulta indescriptible cómo latía mi corazón de la impresión. Era una forma extraña de manejar las cosas, no les darían siquiera la oportunidad de poder audicionar. Ortencia nunca mencionó nada de esto. Una vez que la sala quedó aún más vacía, noté que había más chicos de primer año. Tal vez tengan mucha más prioridad al no haber audicionado antes, pero también había algunos de mi mismo grado. Investigando por mi cuenta, descubrí que dependiendo del grado, hay diferentes grupos de teatro. Algunas obras eran de temas más maduros y los adolescentes de mi edad no podrían manejarlos o entenderlos de forma adecuada, según lo que leí en el extenso libro de reglamentos de la escuela y su forma de manejar algunos clubs.

El que paga más manda.

Dividieron en grupos a cada persona para que las audiciones sean en días diferentes y no sean tan largas y menos humillantes ante el ojo público.

Tengo tres días para planear algo para mi audición.

En tres días se puede aprender a cantar, ¿no?

El Diario De OswaldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora