El Relojero del Tiempo Perdido

El Sacrificio

Amelia llegó a un punto crítico en su búsqueda del misterio del reloj y la figura encapuchada. A medida que continuaba explorando las corrientes temporales, se dio cuenta de que el reloj estaba conectado a la esencia misma de la ciudad de Ravenbrook. Su poder no solo afectaba al tiempo, sino también a las almas y los destinos de sus habitantes.

Después de un encuentro tenso con la figura encapuchada, Amelia comprendió que la única forma de detener el caos era un acto de sacrificio. El reloj requería un equilibrio y, para restaurarlo, alguien debía renunciar a su control sobre el tiempo. Amelia tomó una decisión angustiosa: enfrentaría al reloj y a la figura encapuchada, incluso si eso significaba perder su propia existencia en el proceso.