| CAPÍTULO 2 |

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REGRESO

⥋♧⥊

"Lo bueno del juego es que cada jugador tiene su propio turno"

🃏―L.Y.S

𝐕 𝐄 𝐑 𝐄 𝐍 𝐄

―El plan ha fracasado― dice Deimos mientras salimos por la puerta trasera del casino.


―¿Estás seguro?― saco la tarjeta de crédito de la bota izquierda y se la muestro―. Habrá algunos millones de dólares en su cuenta.

―O más...― dice sonriendo―. ¿Cómo lo has hecho?

―Supongo que cuando sabes hacer bien tu trabajo, las cosas salen bien― le guiño el ojo.

Caminamos hasta el coche que se encontraba al otro lado de la esquina. Allí, una figura con los brazos cruzados estaba apoyada sobre la puerta derecha del coche mirando hacia nuestra dirección.

―Espera― Deimos alza el brazo izquierdo y lo coloca delante de mí. De sus jeans saca una pistola con la mano derecha y se coloca en posición.

―Nunca vas a cambiar Deimos, tan precavido y protector como siempre―da un paso hacia delante y su rostro se muestra a la luz tenue de la farola.

―Volviste, es algo raro de ti, pero regresaste― avanzo unos pasos y Deimos baja el arma―. Nunca vas a cambiar, siempre tan oportuno.

―Y tu tampoco Verene― se mete las manos en los bolsillos de los pantalones y da una risa burlona―. ¿Bonito coche, apuesto a que será mío dentro de poco, lass uns spielen?

Se da la vuelta y mira el Ferrari negro.

Nein, aunque ganaría y no tendría nada que quitarte, y sería injusto quedarme sin premio― le sonrío, me alegraba verlo de nuevo―. ¿Cómo nos has encontrado?

―Sabes que nunca revelo mis trucos― me guiñe el ojo y se acerca a mí y a Deimos a darnos una abrazada cálida y nostálgica.

Warner me crio e instruyó desde pequeña, y aunque no tuve una infancia como la de cualquier niña o niña, supo como llenar ese vacío que quedaba en mí. Para él no era una de las niñas callejeras que se dedicaba a robar y estafar a la gente para ganarse la vida, sino que era como una hija.

Desde aquel entonces dejé de sentir soledad y odio hacia ciertas personas. Empecé a enfocarme más en mí misma y a superar todas las dificultades que se interponían en mi camino.

Cuando descubrió mi talento con las cartas decidió entrenarme para ser mejor jugadora y persona. Desde entonces, ganaba dinero en apuestas y dedicaba mi tiempo jugando con él. Al llegar Deimos, consiguió formar una pequeña familia a la que nunca renunciaría.

―Bien, ¿y si vamos a comer algo? El viaje fue muy largo y no tuve la oportunidad de parar, yo invito―dijo mientras se acercaba hacia el coche.

―Claro, pero yo conduzco ―apreté el botón inferior de las llaves del coche y las puertas se abrieron.

♧♧♧

Llegamos a un restaurante situado en el centro de la ciudad. El ambiente se encontraba tranquilo, la gente disfrutaba de su cena y observaban por la ventana las calles luminosas de los Ángeles.

Nos sentamos en una mesa lejos de las demás, cerca de la ventana grande que cubría la parte trasera del restaurante.

Warner sacó una baraja de cartas de su chaqueta y las puso sobre la mesa. El negro intenso que cubría la parte trasera y la delantera de las cartas les daba un toque misterioso e inédito. Los números y los símbolos eran de color dorado reluciente que las hacía resaltar más.

Empezó a hacer una fila larga y después las recogió, volvió a unir-las todas y las combinó con rapidez.

Lass uns spielen― empezó a repartir las cartas a cada uno de nosotros y se detuvo a la última.

―¿Por qué solo tres cartas?― puse mi mirada firme ante él.

―Cada baraja de cartas tiene su significado, sus normas y su juego. Las cartas de color negro son difíciles de conseguir y encontrar. Si tu oponente se presenta ante ti con estas cartas, tienes que saber solo dos cosas: si juegas, o si abandonas la jugada al inicio. La partida puede llegar a jugarse hasta entre dos personas.

Como ya sabes, las manos del póker son las combinaciones de cartas que puedes hacer para ganar al resto de jugadores.

Ante una jugada como esta tienes que conseguir cinco cartas y recordar que cada mano de un tipo supera a cualquier mano de tipo inferior, pero si hay dos manos del mismo tipo, gana quien tenga el valor más alto de las cartas individuales. Las jugadas de este tipo de cartas solo se presentan en el rango más alto, mediante irás pasando por los más bajos.

Te encontrarás con muchos jugadores que recurrirán a la estrategia del cepo, donde en la ronda de apuestas incrementan la cantidad de dinero a jugar, haciendo creer al resto de jugadores que tiene una muy buena combinación de cartas.

Lo más importante que debes saber es que no hay que bajar del póker, de la escalera de color y de la flor imperial.

Empezaré a repartir sobre la mesa nueve cartas boca abajo, tres para cada uno y la baraja en el medio, además de tres cartas para cada uno de nosotros. Cada uno podrá coger una carta de su línea y dos de su contrincante. De los naipes solo podréis coger cinco cartas, una cada turno, cambiando una carta vuestra. Cuando habréis conseguido un nivel que consideráis apto para la jugada y cinco cartas, podréis poner vuestras cartas sobre la mesa.

―Es demasiado sencillo, así la jugada termina muy rápido― manifiesta Deimos.

―No es tan sencillo, debido a que el juego con estas cartas va con tiempo. Debéis de tener las cinco cartas cuando el tiempo finalice, no se debe de terminar la jugada antes del tiempo o varios segundos después, sino en el momento exacto. El que no tuvo la oportunidad de conseguir su quinta queda fuera. ¡El juego empieza ahora, empecemos a jugar!― dijo apretando el temporizador de su móvil―. Tenemos diez minutos.

Cada minuto que pasaba se me hacía eterno, era como si en cualquier momento podría pasar algo que pudiera favorecer la jugada de cada uno.

Me tocaba elegir la primera carta, ante mí se posaban mis cartas y las cartas de Warner. A mi izquierda Deimos elegiría una de mis cartas y una de las suyas sería selección de Warner.

En la primera ronda escogí mi carta por descarte, y la elección fue buena, me había tocado un rey de picas. La baraja fue mezclada por parte de Deimos y escogí la cuarta y quinta carta, por último dejé una de mis cartas boca abajo sobre la mesa.

Durante la partida los dos se veían concentrados, y la habilidad que tenían era impresionante, nunca había visto jugar una partida con tanta astucia

Observaba como las cartas bajaban y subían en sus manos, y como cada uno de ellos llegaba a cumplir con la quinta. Cuando llegamos al último momento, cogí la última carta del trío de Deimos y Warner fue el último en escoger la última carta de la baraja.

―El tiempo ha terminado. Pongamos las cartas sobre la mesa.

Lo único que querría era ver los resultados, pero cuando todos dimos la vuelta a las cartas estaba claro: había perdido.

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|"Lass uns spielen": Vamos a jugar|
|"Nein": No|

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