Conflictos.

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Gracias a Dios la tarde en el Café Mew estaba siendo bastante tranquila, todas aun teníamos pequeñas heridas por la batalla de ayer, incluso Zakuro tuvo que maquillarse algunos de los rasguños y moretones para su sesión de fotos y entrevista de hoy, pobre, ahora que pienso bien debe ser bastante difícil para ella tener esta doble vida. Mint como siempre estaba sentada en su mesa tomando té y quejándose de lo lenta que soy y sobre lo triste que se ve el Café sin la presencia de su ídola Zakuro, juro que a veces tengo ganas de golpearla en la cabeza con la bandeja.

- Mint, tengo una sugerencia para ti - Volteo a verla - ¿Y si en vez de tomar tanto té para variar levantas tu trasero y vienes a trabajar? - 

Me miró con una de esas sonrisitas típicas de ella.

- Ichigo, sé que por la ameba que tienes como cerebro capaz no comprendas la complejidad de mi trabajo, pero cumplo con el todos los días.

Dios, dame paciencia porque si me das fuerzas la mato.

- ¡¿Ah si?! Pues a ver, explíqueme su majestad. - Podía sentir como latía la vena en mi cuello

- Pues veras, mi trabajo consiste en asegurarme que el té siempre sea de la mas alta calidad mi querida Ichigo.

Ah no, yo la mato.

Mis ganas de tirarle la taza de té eran tangibles, si no hubiese sido por Lettuce quien es siempre la voz de la razón y la calma, lo juro por Dios que lo habría hecho, Pudding solo estaba entretenida por el espectáculo pero es imposible que me moleste con ella, es solo una niña. Tome aire y seguí con mi trabajo, le dedique una mirada rápida al reloj de la pared y vi que eran 5:40pm, ya casi era hora del cierre entonces no valía la pena que siguiera discutiendo con Mint.

Después veré como vengarme. Te pondré sal en vez de azúcar en el té Mint, ya lo verás.

Al cerrar el Café, fui corriendo a la plaza que esta cerca de el, ya que hoy tendría una mini cita con Aoyama, pasar tiempo con él me hace sentir como una chica normal de secundaria. Algunas veces me pregunto cuando será que pueda volver a mi vida normal y poder vivir mis emociones sin el miedo de que salgan mis orejas y cola en publico y correr para que la gente no las vea, ya que se supone que por nuestra seguridad es mejor que nadie sepa quienes son las Mew mews, sino el Café se vería invadido por periodistas y fotógrafos. Sin contar que mas de un científico querría agarrarnos como ratas de laboratorio para ver como es que nuestros poderes funcionan y de solo pensar en la idea de que eso llegue a ocurrir me dan escalofríos, ya de por sí en las noticias aparecíamos de vez en cuando y no es alardear pero la mayoría de los artículos tratan sobre mi.

Quisiera no sentirme un poco diva al respecto pero se siente bien algunas veces cuando nos buscan para tomarnos fotos~nya.

Al llegar a la plaza baje el ritmo y camine lentamente buscando con la mirada donde podría estar a Aoyama, casi puedo sentir como se me salía el corazón cuando por fin pude verlo ahí sentado en una de las bancas mirando su celular, inevitablemente sonreír y fui corriendo a donde estaba él. 

- Aoyama-kun! Perdón, ¿te hice esperar mucho? 

El mira a mi dirección y me dedica una de sus encantadoras sonrisas.

- No, apenas pasaron cinco minutos, no te preocupes ¿tuviste un buen día en el Café?

- Menos mal... tuve un día tranquilo pero para variar Mint se quedó sentada toda la tarde ¿Acaso me ve como su criada personal para atenderla todo el tiempo? ¡Juro que un día de estos le voy a tirar la jarra de té caliente en la cara!

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