Capítulo 4: La pelea del señor.

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Llegue a Bellas artes a realizar mi rutina de siempre.

1: Llegar al baño, listo ✅
2: Encerrarme en un baño, listo ✅
3; Quitarme la blusa que tengo encima para así bajarme el leotardo, listo ✅
4: Ya con el leotardo abajo, quitarme las mallas que tenía abajo en tiempo récord, listo ✅
5: Volver a ponerme el leotardo, mi short y mi camisa, listo✅

Mi amiga que conocía de la secundaria, se llama Luisa por cierto, se encontraba con Ulises platicando en una esquina mientras los demás practicaban un cuadro, creo que ellos no bailaban esta parte.

Me acerqué a ellos, a Luisa más bien y los saludé como cualquier saludo, hasta que Luisa tuvo que entrar al cuadro.

Nos quedamos Ulises y yo observando el baile.

Hasta que Ulises decidió romper el silencio.

-¿Cómo te fue el día de hoy, cansado? Noté que eres bailarina como Luisa, digo siempre llegas con tus medias de ballet -me dice Ulises curioso.

Wow que observador, pensé que nadie había notado el maratón que hago para entrar al salón.

-Muy bien gracias, cansado como siempre.

La verdad es que Ulises se me hacia muy guapo, muy rubio con ojos verdes (como yo) un poco más alto que yo, un poco robusto pero no tanto y una bonita sonrisa, cabe recalcar que su sonrisa me gustaba más que la de los demás.

-Se me hace muy bonito que practiques más danza aparte de este- me comenta Ulises.

-Si la verdad es que tengo mucho tiempo y me gusta mucho- comenté feliz mientras que Ulises me dedicaba un sonrisa tierna mientras le respondía.

Y entonces Ulises me empezó a sacar plática, desde cuando bailaba, porque quise entrar al grupo.. lo miraba muy curioso.

Hasta que tuvo que irse a un cuadro para ensayar y me quedé sola en una esquina, hasta que se me acercó alguien.

Un señor.. era doctor por lo que había escuchado porque todos le decían doctor cuando se dirigían hacia el, era un señor y mayor con acento del sur.

El tampoco se encontraba ensayando ya que era nuevo y al igual que yo se dedicaba a observar para aprender.

-Clara ¿Verdad? Oye.. ¿te sabes este baile? Es que se me complica un poco.- pregunto curioso.

-Si un poco, a lo que he observado.

Así que me dediqué a ayudarle en lo que necesitaba para aprenderse los bailes, ya que eran varios y yo masomenos ya me lo sabía.




Al siguiente día.





Llegue como siempre feliz a bellas artes a hacer mi rutina de siempre del leotardo y las mallas, me fui a la esquina del salón a observar la clase junto con los que todavía no los metían a bailar.

Y en eso se me acerca el señor, es decir, el doctor.

-Hola Clara.. ¿cómo estás?- pregunto muy cortes y curioso al mismo tiempo.

Cabe recalcar que el señor me llevaba como 30 años.

-Muy bien, ¿y usted?- conteste amablemente.

Nos encontrábamos adentro del salón, yo llegue a sentarme en el piso a calentar mientras el se me acercó y se sentó a lado de mi en el piso

-Te traje un obsequio.

Un... ¿obsequio? Me pregunté a mi misma.

Solo voltie a verlo mientras sacaba una caja de regalo pesada, parecía un vino ya que tenía esa forma.

-Gracias comente secamente.

Me sentí..

¿Rara?

¿Un señor que me llevaba unos 30 años me llevaba un obsequio? Lo único que había hablado con el era cuando lo ayude en una polka y hasta ahí.

Ulises observaba la escena desde el otro lado del salón mientras les daban un respiro después de ensayar un cuadro y se empezó a reír muy ligeramente.

Maldije por dentro.

Se acabo el ensayo, solo observé ese día junto con mis demás compañeros  y el doctor "señor".

Fui directo con mi tío y su esposa, les comenté que quería hablar con ellos así que los 3 nos fuimos a un salón solos para hablar, y si, les comenté del señor que me doblaba la edad me había llevado un "regalo".

La esposa de mi tío comentó.

-Un.. ¿regalo?

-Asi es.

-¿Y qué era?-comenta preocupada.

-No se, no lo abrí.

-Muy bien, vas a ir y le vas a regresar el regalo al doctor, tal vez te mira como una hija pero no hace que esta acción sea correcta.

Eso mismo hice.

Me dirijo al salón y ahí se encontraba el Doctor.

-Emm la verdad es que no puedo aceptar el obsequio, una disculpa.

Mis nervios estaban de punta porque él era una persona ya mayor y no sabía cómo lo iba a tomar.

Solo tomo el obsequio y se fue del salón.

Al siguiente día en bellas artes.


Antes de hacer mi rutina la esposa se mi tío me hablo.

-Clara.. ¿Puedes venir un momento?

Ella se encontraba sola.

-El doctor ya no te molestará más, ya no vendrá a este grupo a ensayar, tú tío se encargo de esto.

Espera.

¿Qué?

Por mi culpa.

¿Lo habían corrido?

¿Si era mi culpa?

¿O no?

Y respondí.

-¿Qué fue lo qué pasó?

La esposa de mi tío hizo una forma con sus manos, una mano en puño y la otra mano abierta en signo de pela.

Es decir.

¿Se pelearon con el a golpes por lo del regalo?

No me enteré si había sido mi tío o mi primo, ya no quise preguntar nada más pero el señor ya no iba a ir a ensayar y me sentí un poco más tranquila.

Lo que un día sentimos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora