15. Tengo que hacer algo

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TN

Después de ese peculiar y espontáneo encuentro con Kirishima y Bakugou, me dirijo a buscar y auxiliar a mis compañeras.

-¡¿Dónde están esos malditos?! ¡Estoy segura que usted se encargó de ellos, Comandante! -exclama Megara con mucha emoción. Reconozco que ella es la más entusiasta y aguerrida del equipo.

Ay, ¿y ahora qué les digo?

"Sí, me encargué de ellos. Me besé con el pelirrojo durante media hora, después de pelearnos a muerte"

¡No! Eso carece de sentido a pesar que así fue.

-Pues sí, me encargué de ellos... -resoplo y miro a mis compañeras que están expectantes- pero no los maté. -les doy una sonrisa infantil.

-Uy, qué extraño. Usted los habría destazado sin piedad. -dice confundida mi compañera Emma.

-Pues, después de todo son héroes que hacen su trabajo. No son personas malas, así que tomé la decisión de dejarlos ir. -chasqueo la lengua y me encojo de hombros.

Por suerte, confían tanto en mí que se terminaron creyendo la mini mentira.

Terminamos la misión. Fuimos a dejar a los niños a cuidados de emergencias para que sean revisados por mis compañeros médicos de confianza.

-Misión cumplida, chicas. -esbozo una nostálgica y satisfecha sonrisa. 

***

¡Rayos! ¡Voy tarde al orfanato!

Ya es sábado otra vez y me toca atender el compromiso que tengo con mis niños.

-¡Hola, niños! -exclamo alegre.

Alcanzo a ver una avalancha de niños que vienen eufóricos a mí.

-¡Doctora! -gritan todos muy alegres.

-Espero que estén todos muy bien. Sólo voy a visitar al Padre Agustín a su despacho, luego los atiendo.

-¡Sí, Doctora! -contestan en unísono. ¡Son tan tiernos!

Entro al despacho...

-¡Hola, Padre! ¡¿Qué tal cómo ha...?! 

Interrumpo mi efusivo saludo y abro exageradamente mis ojos por lo que estaba viendo...

-¡Hija! ¿cómo has estado? me alegra tenerte un sábado más. Mira, te presento al señor Kirishima. Viene de Japón y es un héroe profesional, es de los mejores de su generación; quiso darse una vuelta a nuestro orfanato para convivir con los niños.

No...

Mi cara se vuelve pálida por la impresión. Ellos lo notan.

-¿Estás bien, hija? -exclama el sacerdote muy preocupado.

-Sí, sólo estoy cansada por la odisea de viaje que tuve de mi casa al orfanato. -esbozo una débil sonrisa.

-Espera, siéntate. No te vayas a desmayar, TN. -advierte Kirishima de manera muy atenta, mientras pone una silla hasta a mi lugar.

-¡Ay! ¿acaso ustedes se conocen? -pregunta muy alegre el Padre Agustín.

-Sí, él ayudó mucho cuando fue la tragedia del hospital... -hago una pausa incómoda por el amargo recuerdo de ese incidente.

-Sí, fue una desgracia... -hace una pausa el sacerdote- ¡Bueno! Sabes, el caballero Kirishima nos quiere donar parte de sus ganancias como héroe.

-¿Ah? -alcanzo a decir solamente eso.

La Bestia y Él (Kirishima x TN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora