Un amor verdadero

Capitulo 1

Nunca pensé que sería tan pesado poder bajar una maleta con papeles dentro de un automóvil.

Pero por fin llegamos a nuestra nueva casa en el D.F, la casa es muy acogedora y tiene una linda vista de un parque, mis padres son un poco dramáticos así que obviamente eligieron una casa donde pueda salir a respirar aire puro y no de una computadora o celular. El hecho de que nos cambiamos de casa fue porque a mi padre lo transfirieron de puesto a co-jefe en una pequeña empresa, así que tenía que estar cercas de la industria.

Baje la maleta de golpe —Papa que tienes dentro de esta maleta ¿Ladrillos o qué?— grite haciendo fuerzas para levantarla.

— Jarol puedes ayudar a nuestra hija— también grito mi madre bajando unas cajas.

—Un segundo estoy hablando con mi jefe— respondió mi padre tapando su teléfono— Si... claro que si.... Mañana a primera hora, hasta pronto— colgó y se dirigió a hacia nosotras.

—Hay ______ deberías hacer ejercicio— levanto las maletas haciéndome a un lado.

— ¿Me está llamando debilucha? — fruncí el ceño.

— Muévete cariño que me estorbas—

Gruñí — También te quiero papa—

Después de bajar todo arreglamos la casa de una vez, para después ya descansar. Como ya era tarde teníamos demasiada hambre así que decidimos hacer una pizza casera.

—Nos falta algunos ingredientes —dijo mama revisando la alacena — Iré al supermercado ¿quieres venir cariño? —le pregunto a mi papa que estaba en el sofá.

—No yo esperare, ¿Qué tal si te acompaña _______?— propuso.

—Está bien...— pauso yendo a la puerta— _______ vamos al supermercado—.

—Si solo me pondré mis vans— me pare del sofá para dirigirme hacia la salida.

Habíamos llegado al supermercado mas cercas, al parecer ya teníamos todo pero recordé que a mi padre le gusta la limonada en lata.

 — Oh mama olvide la limonada especial de papa— Salí de la fila.

— Traerla yo espero aquí—

Corrí por toda la tienda para llegar a la sección de refrescos, tenía la lata en mis manos cuando escuche cosas caer al suelo y a una persona chillar de dolor. Me dirigí al lugar de donde provenía el ruido y me encontré con un chico alto, cabello negro con gorra y lentes negros.

Buscaba algo en el suelo.

Me acerque — Hola ¿necesitas ayuda? —dije agachándome un poco.