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-Permiso.- en un momento Nayeon sintió como su compañera pasaba a su lado casi empujándola. Fue raro, ya que normalmente Rosé no es una persona brusca y va tirando más al lado de la amabilidad.
Cuando la miró llegar a la mesa donde una chica solitaria estaba, se dió cuenta rápidamente de la razón. Todos en la cafetería sabían que a Rosé le gustaba esa clienta en especial.
Por su parte, Rosé se quedó parada frente a Jennie sin decir nada, quien leyó rápidamente en su camisa el nombre.
Así que sí, era ella. Esa es la Rosé que al parecer estaba detrás suyo.
Jennie se sintió estúpida, ¿cómo no había notado lo linda que era? Incluso con ese uniforme tan feo Rosé lograba ser hermosa.
-¿Vas a tomar mi pedido?- le preguntó después de lo que parecieron largos segundos. Rosé reaccionó y sacudió la cabeza.
-No, sí, perdón. ¿Qué te traigo?- Jennie estaba por hablar hasta que fue interrumpida. -Un licuado de leche de frutilla con una torta de chocolate y crema blanca, sí.- y anotó rápidamente antes de irse del lugar.
Jennie ni siquiera tuvo tiempo de decir absolutamente nada, en su lugar prefirió quedarse quieta.
¿Cuántas veces había pedido lo mismo en presencia de Rosé? ¿Estuvo ahí siempre?
Bien, por primera vez en mucho tiempo se sintió como una verdadera idiota.
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