" ᴛᴀʀᴇᴀꜱ ᴘᴀʀᴀ ᴛᴏɴᴛᴏꜱ " - 𝘾𝙤𝙗𝙮𝙢𝙚𝙥𝙥𝙤

u n o

¿Papi?

( . . . )

¿Padre, estas ahí?

¿Que se supone que estas haciendo, padre?

¿Acaso no me amabas?
¿No era tu mayor tesoro...?
¿Alguna ves enserio... me quisiste?

( . . . )

Miró a su alrededor con profundo terror. El barco de la marina se hallaba en llamas totalmente. El velero se quemaba y la llama ardía con el viento que recorría las quemadas barandas y los hoyuelos de la tela.

Morgan miró con una mirada juzgona a su primogénito, aún tomándolo con fuerza del cuello.

Eso impedía a Helmeppo respirar con normalidad, poco a poco sentía como su vida se escapaba de sus manos y no podía hacer nada al respecto.

Más que ver el cometido de su padre, veía como todo su alrededor ardía en llamas.

Con las fuerzas que le quedaban intento forcejear con su padre, cosa que fue inútil por la diferencia de tamaño y fuerza.

Morgan río con burla al ver aquellos intentos inútiles, dándole un golpe bajo a Helmeppo y agitando su frágil cuerpo.

– " Imbecil, mira lo que haz ocasionado "

Tomo a Helmeppo de la barbilla y hizo que alzará la mirada, viendo a todos los miembros de la marina en el suelo, con altas heridas de gravedad, todos fuera de combate.

Incluyendo a Coby. Quien estaba casi frente al rubio, con el rostro ensangrentado y malherido.

Helmeppo gruñó con rabia al ver ello, intentando contener las ganas de llorar. Pero no pudo, no podía hace nada.

– " Eres un inútil, no sirves para nada. Como hijo, eres una vergüenza "

" Jamás lograras llegar a mi nivel, eres un simple imbecil "

" No me sirves para nada, solamente eres un estorbo para mí "

" Me das asco..."

– P-Papi... – Habló Helmeppo muy débilmente, mirando a su padre con los ojos cansados

Poco a poco su mirada se ponía borrosa, estando a poco de soltar su último aliento.

Mano de Hacha, sin embargo, aprovechó ello para levantar su brazo armado y amenazando con dejarlo caer sobre el rostro de su propia sangre.

" Buenas noches, Helmeppo..."

De un sarpazo, Mano de Hacha acercó su arma letal a Helmeppo, teniéndolo aún así indefenso entre sus brazos.

Las lágrimas no dejaban de salir de sus ojos, no podía soportarlo, no podía soportar las palabras de su padre.

No aceptaba el hecho de ser alguien insignificante para la persona que más admiraba en este mundo.