BORDER | CRASH LANDING ON YOU

CAPÍTULO 3.

La mayor explicaba nuevamente la situación esperando a que el corazón de ese soldado se ablandara un poco, si alguien había creído que ella era la persona más fría e insensible del mundo y conociera al soldado que ambas tenían enfrente estaba segura de que cambiaría de opinión sin dudarlo. Al terminar, las dos quedaron sorprendidas de que murmurara un “está bien” y guardará el arma en su costado.

—Gracias, que bueno que entendiste —celebró Seri con una sonrisa contagiando a Iseul, solo tendrían que volver a cruzar el paralelo y estarían nuevamente en Corea del Sur.

—Explíquelo así en la investigación. —se ilusionaron demasiado pronto así que borraron sus sonrisas.

—¿Cómo que una investigación? ¿Por qué? ¿No tienes ni piedad con una niña lastimada? —Yoon Seri agarra la cabeza de su sobrina y masajea el cabello.

—¡Me duele mucho mi cabeza!— A la menor no le gustaba que la usaran como medio para obtener lo que querían, pero lo aceptaría en ese momento porque debían regresar a casa.

—Según la ley de la República, si ingresan voluntariamente tendría que atarlas.

—¡Voluntariamente! —Iseul alza una mano señalándolo— Te hemos dicho que hubo un tornado y eso nos trajo aquí, además, esto es Corea del Norte, estoy segura de que mínimo te dan un castigo medieval si descubren que...

—¡Oye! —Seri la interrumpe y se acerca hacia ella— ¡Debemos caerle bien si es que queremos salir de aquí, no hacernos sus enemigas! — le susurra para luego voltear con una sonrisa al soldado— Lo siento, ella solo está practicando. ¿Cierto que será una buena abogada? Yo patrocinaré su bufete.

¿Abogada Iseul? Jamás, pero asistió con la cabeza.

—Entraron en un objeto de vuelo sin motor, deben pasar por una investigación— menciona ignorando la pregunta.

—¿Y si me obligan a ser una hermosa espía o una hermosa agente secreta, me torturan y me envían a una mina de carbón a pasar el resto de mis días bajo tierra como un desagradable topo?

—Eso no va a suceder.

Yoon Iseul se dedicó a observar su alrededor, si querían regresar y no tenían la ayuda de ese soldado, ¿a dónde debían dirigirse?

Era difícil descifrarlo porque debido al mal clima del día ni siquiera podía ver hacia donde se ocultaba el sol para darse una idea de cómo regresar al sur y el haber quedado inconsciente a mitad del tornado no ayudaba nada. Corrían el riesgo de encontrarse con el océano Pacífico o con otros norcoreanos en el peor de los casos.

Por unos momentos se le vino a la mente una estrategia de amenazar a ese soldado norcoreano con divulgar una pequeña mentira de que ambas habían cruzado cuando se encontraba dormido sin cuidar su puesto, pero luego recordó que estaban en algún lugar muy alejado de la civilización y podría deshacerse de ellas sin dejar rastro.

—... No tardaremos mucho en llegar si corremos, somos muy buenas corredoras —Iseul siente el agarre de Seri en su brazo y camina con ella —. Nos iremos en un instante sin causar ni un solo problema y no tendrás que vernos nunca más.

—¡Esperen!— el soldado trató de detenerlas pero ya las dos estaban dentro del agua — Es un campo minado — ahora sí se detuvieron y suspiró de alivio.

—¿Dónde? — preguntó una Iseul asustada. Lo poco que sabía de ese tipo de asuntos era que el explotar de una mina podía dejarte sin piernas.

—Hay muchas minas perdidas, las lluvias las movieron y quedaron sepultadas — ocultó sus manos detrás y caminó a ellas —. Soy un experto en el área, ¿creen poder salir de aquí sin mi ayuda?