Cap 1

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A veces, cuando sientes que no tienes nada que hacer, el reloj del tiempo comienza a ir más lento de lo normal. Una sensación relativamente pesada que no sabes cuando cambiará. Solo tener a tu mente como fuente de entretenimiento agota. Y estar tan desocupada tiene consecuencias, como empezar a hablar sola como yo.

Tu padre es uno de los mejores cirujanos del país y tu madre un detector de mentiras andante. Tu hermana mayor acaba de terminar bachillerato con matrícula de honor y tú simplemente eres considerada la <<decepción>> de la familia. Tal vez no te lo hayan dicho literalmente pero si te lo hacen sentir diariamente durante todo lo que llevamos de verano. Y he de decir que con el tiempo de acostumbras.

Tus padres no se sacan la idea de la cabeza de que seas algo importante en la vida. Y tienen razón, qué padre o madre no quisiera que su hija no tenga el mejor futuro posible. Pero en mi opinión esa no es justificación para no dejar salir a tu hija con sus amigas. Necesito vida social, relacionarme con gente de mi edad fuera del ámbito de estudio.

Pero bueno, finalmente me dí cuenta que el destino es muy caprichoso y que si mis padres no iban a ser los que me dieran el poder de salir sola por la puerta de mi casa, iba ser yo la que se diera el poder. Estaba dispuesta a no quedarme de brazos cruzados y salir por la puerta grande la cual nunca había cruzado sin escolta, hasta que me interrumpió la dulce pero a la vez irritante voz de mi hermana Marta:
- ¿A dónde vas?- me preguntó.
- ¿Yo? A ningún sitio ¿qué necesitas?
- Carlota, necesito que me ayudes a elegir entre dos vestidos ¿vienes porfa?
- No puedo es que tengo que hacer algo muy pero que muy importante, en otra ocasión será ¿vale?.- le dije mientras retrocedía hacía mi habitación.
- Como no me ayudes le diré a mamá que has convertido en un peluche el jersey que nos dió la abuela.
- ¡Cállate! ¿Pero cómo sabes tu eso? No sabía que también eras bruja.
- Tal vez si no fueras tan bruta y dejaras tu cuarto un poco ordenado no lo hubiera visto.
- A ti nadie te ha dado el permiso de entrar a mi habitación.

Al final ganó ella y le tuve que ayudar con la elección de vestimenta. Pero bueno eso no era mi problema ahora. No he podido escaparme cuando tenía la oportunidad y cuando lleguen mis padres la dificultad aumenta. Escuché la puerta abrirse y eso significa papá y mamá en casa.
- ¡Marta y Carlota a cenar!- gritó mi madre.
Creí que iba ser una cena normal como todos los días pero la noticia que iba a recibir fue verdaderamente un impulso para irme de casa.
- Carlota tenemos una noticia para ti.- dijo mi padre - antes de nada me gustaría decirte que esta es una decisión que ya no se puede modificar y que por mucho que protestes no servirá de nada.
- Tu padre y yo hemos decidido enviarte a un internado.- me dijo mi madre con la cabeza agachada como si le diera vergüenza.
- Qué...
- Lo llevamos pensando desde hace mucho tiempo y pensamos que sería lo mejor para ti. No te hará falta salir del internado ya que dan clases allí. Hay dormitorios muy acogedores y bonitos. Seguro que te va a gustar hija. 
- Hija, tu último examen fue un completo desastre, ¡suspendiste!- dijo mi padre.
Mire la cara de mi hermana y no parecía muy impactada por la noticia.
- ¿Tu ya lo sabías?¡¿Tu ya sabías todo esto?!
Le miré a los ojos fijamente y ella no era capaz de abrir la boca para darme una respuesta.
- Está bien... me iré si es así como lo queréis.
Me levante de la mesa y me fui a mi cuarto. Pensaba irme, pero no a un internado sino lejos de la cárcel que era mi casa.

Al día siguiente mis padres habían salido a jugar padel y mi hermana había ido a desayunar con unas amigas. Estaba sola en casa y eso significaba hora de actuar. Pero necesita un plan para poder escapar disimuladamente y evitar la sospecha de la gente. Así que debía planear algo común y adolescente para salir desapercibida. Y el comodín que utilizaría sería planear una acampada. Pero yo sola no podía planearla. Llamé a mi mejor amiga Fani que estaba segura de que me iba a ayudar.
- Hola Fani ¿qué tal?
- Hola Carlota. Estoy bien ¿qué haces?
- Nada importante. Oye había pensado en hacer una acampada Rocío, Bea, Marina tu y yo ¿qué te parece?
- ¿Qué dices? Te recuerdo que tus padres te tienen de lo más prohibido salir.
- Ya no. Estuve hablando con ellos ayer por la noche y se han dado cuenta de que tengo 17 años y que soy lo suficientemente independiente para protegerme sola.
- Estoy flipando. Pues si es así me parece un buen plan. ¿Cuándo quedamos?
- ¡Hoy! Necesito que sea hoy. Ya sabes mañana es día de comida familiar.
- Pues no se si las demás van a poder. Les voy a preguntar.
- Está bien perfecto si no pueden podemos ir tu y yo solas.
- Bueno vale.
- Adiós te quiero.
- Adiós Carlota.

Mi plan iba a la perfección. Cuando acampemos y nos vayamos a dormir cogeré mis cosas y me iré. Y supongo que empezaré a trabajar en algo lejos de aquí. El plan que llevo soñando desde hace años por fin se hará realidad.

Fani me volvió a llamar y me dijo que todas iban a poder menos Marina. Me hubiera gustado que venga pero no pasa nada si no puede.

Empezé a preparar mi mochila con todo lo que necesitaré para mi fuga. He de decir que estaba algo nerviosa porque nunca creí hacer esto pero, ya estaba harta de que mis padres me vieran como una inútil y para deshacerse de mi enviarme a un internado. ¡Bravo por ellos!

Ya tenía todo preparado solo me faltaba cruzar la puerta. De repente una simple puerta se había convertido en algo realmente imponente, algo bastante raro la verdad. Pero llegó la hora. Avancé firmemente hacia la entrada y cuando la tuve en frente me detuve. Puse mi mente en blanco, suspiré, y con mi temblorosa mano agarré el pomo de la puerta y abrí.

Tenía el mundo entero ante mis ojos. Sentí una sensación nerviosa recorrer toda mi espalda. Pero finalmente lo hice, di el paso. Salí por la puerta y automáticamente supe que un nuevo capítulo de mi vida estaba por empezar.

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⏰ Última actualización: Oct 08, 2023 ⏰

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