El aire bajo cero que te golpeaba bruscamente y te rodeaba como si de una manta se tratara, lograban hacerme doler hasta los huesos y sentir que estos se atascaban al modo de congelarse y no permitirme avanzar por las calles vacías. Mis pies se ralentizan cada vez mas por el abrazador frió que se sentía desgarrador, incluso me daban ganas de vomitar y llorar puesto que era terriblemente insoportable. Las calles estaban desiertas, en silencio y lo único que me acompañaba era la penumbra de todo lo que me rodeaba, eh incluso te hacia creer que tu tampoco estabas allí, que no eras nada, era una oscuridad solitaria ya que la luna no estaba presente esta noche al igual que las estrellas. El cielo solo estaba teñido de un azul tinta y de nueves de tormenta que parecían un grisaseo pálido y sin vida. Pero lo mas vació que hacia en estos momentos...era el de mi interior.
Sinceramente estaba en un estado de shock, dodne mi mente se negaba a maquinar pensamientos referentes al tema sobre Harry, simplemente estaba en blanco y parecía que cada vez que empezaba aparecer un pensamiento o pregunta sobre ello, mi cerebro lo borraba y lo echaba de mi mente dejándome en blanco de nuevo, tal vez psicologicamente me estoy resguardando de no aceptar algo que simplemente me destruirá.
Mi celular acompañaba mi caminata un poco peligrosa, el sonido de este se repetía, una y otra y otra vez de una manera increíblemente insistente, pero tampoco quería que mis oídos se centren en ese sonido, por ello finjo no escucharlo y tan solo pensar y tratar de localizar y darle un significado al sonido del viento....¿pueden creer que el viento si tiene sonido, si se lo puede escuchar?, yo ahora me doy cuenta. Mis mejillas estaban congeladas al igual que mis ojos se sentía recercarse cada que el viento chocaba contra ellos y las lagrimas que desprendían estos se congelaban en su lugar al instante. Era un poco molesto, pero seria imposible hacer el esfuerzo de no llorar cuando lo único que quiero hacer es eso...llorar,llorar y llorar hasta que mi cuerpo se drene de agua o simplemente hasta perder el conocimiento en ello.
Era consciente de los sollozos fuertes y los gritos que se escapan de entre mis labios por la frustración que de algún modo había en mi pecho, mas bien se sentía como un dolor asfixiantes y opresivo que te lograban alterar y hasta temer de que en cualquier momento ese dolor acabe contigo, que tu pecho se hunda por las fuertes inhalaciones que haces,que tu garganta sangre por los gritos o el simple hecho de sentir que tus ojos estallaran por el exceso de agua que salen de estos y que es increíblemente involuntario....en otras palabras así se debe sentir morir.
Detengo mi caminata, no puedo...no puedo mas, no puedo seguir avanzando sin rumbo mientras finjo que nada pasa, no sirve de nada mientras sientes que de todos modos de igual manera pareces desfallecer....o quizás si pasaba.
Mi cerebro empieza funcionar de nuevo, donde el razonamiento de intentar comprender donde me encontraba es su principal tarea; no reconozco nada de mi alrededor, mucho menos entre la oscuridad, ni-siquiera había faroles prendidos para iluminar las veredas, apenas si había uno cada 50 metros de distancia, y para mi mala suerte donde yo estaba no había nada....
El olor a tierra mojada,el sonido de las hojas moviéndose con cada ráfaga de viento, el chirrido de las cadenas de los columpios moviéndose, y el sonido de los metales que necesitan aceite de la calesita me dieron a entender que me encontraba parada justo en frente de una pequeña plaza.
Mis pies dolían como el infierno al igual que el resto de mi cuerpo, es por eso que decidí empezar a cercarme a la plazita mientras que mis ojos acostumbrados a la oscuridad trataban de localizar un lugar donde poder sentarme. Mi rodilla choco con un banco, mis manos lo tocaron y sentir bajo mis dedos el material duro,posiblemente de cemento, el cual estaba tan o mas frió que yo, pero aun así me senté en el mientras mis brazos se enrollaban en mi misma en el intento de abrazarme y darme calor....cosa que no tenia. Mis manos se aferraron enrollados en mi estomago y simplemente me incline hacia delante mientras mi vista se clavaba en el cemento del suelo.
