🥀 ᎒ Extra 3: susurrando caricias bajo la luna

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Habían pasado años, maravillosos años al lado de su esposo y de su pequeña hija, que ahora no era tan pequeña. El tiempo pasó rápido, no se dió cuenta cuando fué que Hanna era ya toda una adolescente, y era un tema difícil de tratar, a veces no podían entenderla, a veces ella no los entendía, pero a pesar de ello, el amor de los tres seguía igual o más fuerte que antes.

Jungkook seguía trabajando en la empresa, todos los días se levantaba a las seis con treinta de la mañana, se despedía de Jimin con un beso y se iba. Hanna despertaba una hora después para el colegio, Jimin se encargaba del desayuno y de preparar todo, luego la llevaba al high school, empezaba su día haciendo quehaceres domésticos en la mañana, tomaba una buena taza de café, preparaba diseños en su tableta digital, las mandaba a los correos de los encargados de elaborarlos, almorzaba con su esposo e hija, y luego Jungkook volvía a irse hasta la noche. Cenaban, se daban un beso de buenas noches y a dormir.

Si, así de aburrido y monótono se volvieron sus días, y no se quejaba.

No tenía nada para quejarse, vivía bien, de echo, de maravilla. Tenían un penthouse. Jungkook lo compró como regalo de su cuarto aniversario de casados. Había trabajado duro y cuando obtuvo el dinero suficiente, buscó un lugar digno para empezar una nueva vida juntos, y claro, siempre tendrían lo mejor, no por nada ganaba una cantidad grande de dinero todos los meses.

Pero ese no era el tema.

Jimin ni siquiera recordaba cuando fué la última vez que follaron en todo lo que conllevaba esa palabra como antes, cuando la travesía empezó y Jungkook lo seducía para follar en cualquier lugar, público o no, siempre hacia de las suyas, pero ahora no, y si tenían encuentros, solo que eran muy mínimos, a veces, Jimin se la chupaba y cuando quería avanzar más allá, Jungkook se lo negaba de la forma más suave posible para no hacerlo sentir rechazado con la excusa de que estaba cansado. Otras veces, Jungkook le comía el culo y lo masturbaba pero, hasta ahí. El pobre rubio siempre quedaba con ganas de más, y estaba harto de ello. Tenía que hacer algo al respecto, ¿No? No podía dejar que en su matrimonio, la actividad sexual fuera escasa, no cuando sabía que Jungkook estaba igual o peor que él..

Por ello, ideó un plan.

Jimin jamás perdió su figura, aún tenía las curvas de su cintura y las caderas un poco anchas, aquellos muslos gruesos y el trasero respingón y redondo, el sabía lo sensual que era y lo que provocaba en su esposo cuando se agachaba dejando el culo levantado en una clara invitación, invitación que siempre era rechazada o, cuando usaba algo que favoreciera a su cuerpo, Por ejemplo, una lencería. Esas con medias, bragas, un arnés en el cuello con un espacio para que una cadena se atara a él y un sostén transparente y con encaje, aunque no tuviera senos, de todas formas lo usaría, debía usar todo lo que estaba a su alcance para hacer que por fin, fuera follado como era debido.

-¿Cariño? -la voz de jungkook resonó en la sala, había llegado ya del trabajo y para su suerte, Hanna estaba en la casa de Haneul, una compañera de su mismo curso.

El destino se la jugaba a su favor.

Jimin guardó el conjunto en una caja bajo la cama, no quería que Jungkook lo descubriera, el lo convencería, ya era hora.

-Mi amor, ¿cómo te fué? -Lo recibió con un meloso y corto beso. Lo ayudó a sacarse el saco y a sostener el maletín repleto de papeles y cosas que jamás llegaba a entender a entender.

El solo sabía de moda.

-Horrible, tuve una junta con unos inversionistas y no sé si salió bien, pero no importa -besó la cabeza del rubio para después dirigirse a la cocina-. ¿la cena está lista?

Jungkook abrió el refrigerador y enseguida que fué a pellizcar la panceta marinada que estaba allí, recibió una palmada de su esposo y un regaño.

-No, primero ve a lavarte las manos y luego comes -Lo miró de forma divertida ante el puchero que el mayor puso, Jimin lo ignoró tomando los platos para calentar la cena y poder comer a gusto.

Bad habits ☆̲ kookmin [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora