Solo un sueño

Capítulo 1

Lo que pasaba y lo que vivía o lo que vivo es algo surreal. De un momento a otro tenía lo que más quería, lo que más anhelaba.

Era de noche, estaba agarrando la mano de un chico, un chico muy hermoso y muy encantador, un poco alto y con un estilo bellísimo. Me enamoré totalmente de él, aún no lo puedo creer que este con él.

Nos sentamos en alguna mesa en un restaurante prestigioso, había muchas personas que no conocía, pero, no importa, si estoy con él eso es suficiente.

Sus hermosos ojos azules y su cabellera perfecta me deslumbran.

Estábamos comiendo, tranquilamente, aún no habla, pero, lo conozco desde siempre.

Al salir, aún teníamos los dedos entrelazados, yo lo seguía, confiaba en él ciegamente.

—Adiós. — me acerqué a él, para darle un beso en la mejilla. —Gracias por la cena. A la otra pagó yo. — él solo me dio una sonrisa de boca cerrada.

Antes de entrar a mi casa, él me detuvo, siempre lo hace antes de entrar a mi casa y por fin habló.

—Tengo que llevarte a otro lado. — el sonido de su voz me deslumbró y estremeció.

—Creo que mis padres se van a enojar. — él negó lentamente. —¿Crees que no me regañen?

—Te estoy cuidando, ellos confían en mí, confían en ti, que es lo importante. Vamos. — estiro su brazo enfrente mío y tome su mano.

Volvimos a caminar, pero ahora a un bosque, aunque era de noche no era escalofriante ni perverso.

Subimos una montañita que había en el bosque y me miró.

—Se fuerte y brilla sola como ella. — su dedo apunto hacia la luna. —Brillas más cuando estes sola.

—Estaremos juntos que es lo importante, ¿no? — él aún estaba viendo la luna.

—Aún no te vayas. — susurró.

—Tengo que descansar, Alan.

—No quiero que me olvides.

—Y no lo haré. Siempre serás mi chico. — él me vio y dio una sonrisa triste. —¿Por qué esa sonrisa?

—Creo que ya no me volverás a ver.

—Te veo todos los días.

—Todas las noches. — corrigió.

—Y esas son suficientes para verte. — tomé de su mano. —Ya me tengo que ir, Alan.

Nuevamente estábamos en mi casa, enfrente de esta.

—Adiós, Alan. —me zafé de su mano y me fui dentro de mi casa. Esperaba a que pasara algo, pero, no sucedió.