Estaba nublado ese viernes en Suzuka cuando Max miró por la ventana.
— Dios, mira a los fans.— dijo Sergio a su lado.
— Sí, es una locura.— Respondió pensando en otra cosa. O más bien en alguien en realidad.
El lugar ya estaba abarrotado porque como era costumbre para ellos iban retrasados. Pero ese día llegaron más tarde de lo habitual gracias a su esposo y su talentosa boca. Max se había despertado con fuego en la boca del estómago y una sensación de humedad en la parte sur de su cuerpo. Cuando abrió los ojos y miró debajo de las sábanas, Sergio le estaba sonriendo con su miembro en la boca y los ojos brillando de picardía y deseo.
Era el cumpleaños de Max y su maravilloso esposo pensó que era una manera perfecta de despertarlo en su día especial. Estaba en lo correcto. Después de correrse en su boca, Max todavía estaba caliente por la vista y pasó la siguiente hora dejando que el hombre lo tomara de todas las formas que sabía que le gustaban. Estaba mareado y casi ronroneando mientras yacía en la cama junto a Checo esperando recuperarse porque como era sabido, le encantaba tener la atención de su esposo.
Pero entonces, un pensamiento invadió su mente y no se fue. Su bebé. Era su cumpleaños y su hijo no estaba con él para celebrarlo. Max y Checo llevaban 2 semanas sin ver a su hijo, habían corrido en Singapur la semana anterior y ese fin de semana estaban en Suzuka.
— Lo extraño.— Susurró mirando el cielo gris mientras el auto avanzaba lentamente.
— Lo sé, yo también.— Sintió una mano sobre la suya y un pulgar acariciando su piel.
— Es mi cumpleaños y él no está aquí.— dijo con lágrimas en los ojos mientras miraba a su esposo.— Quiero irme.
— Max, no nos podemos ir. Casi terminamos. Después de esto, tenemos dos semanas de descanso.
— No me importa, quiero irme. No lo hemos visto en casi dos semanas. Debe estar extrañándonos en este momento.
— Lo sé mi vida, solo nos quedan dos días más aquí.— Sergio se inclinó y le dio un suave beso, tratando de hacerlo sentir mejor.
Hizo todo lo posible para parecer el hombre más feliz del mundo mientras caminaba por el paddock, y no notó nada al principio, siendo felicitado por todos y bombardeado con cámaras.
Fue al llegar al hospitality cuando se dio cuenta de que Checo había desaparecido.
Que extraño. Siempre camina conmigo.
Después de mirar hacia atrás y no encontrarlo, decidió entrar, considerando llamar al hombre para saber dónde estaba.
— ¡Max!— dijo Alice.— ¡Oye! ¡Feliz cumpleaños!— Luego lo abrazó.— ¡Vamos, llegas tarde!
¿Tarde? ¿Qué mierda?
— ¿Tarde? ¿Para qué? No sabía que tenía un compromiso en este momento y ¿dónde está Sergio?— Dijo siguiendo a Alice arriba y agradeciendo a las personas que lo felicitaban.
— Llegaste más tarde de lo habitual, así que debes estar confundido.
— ¿Dónde está Checo?
— Oh, debe estar platicando con alguien, ya sabes cómo es.— Dijo poniendo los ojos en blanco.— Entra.— Prácticamente lo empujó dentro de una habitación y cerró la puerta.
Max miró alrededor de la habitación, estaba vacía. Ningún equipo de medios, camarógrafo, entrevistador, Checo, nadie.
¿Qué mierda? ¿Dónde está Checo?
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Journal of a Team
De Todo❝ Max y Checo solo sabían ser los mejores en una cosa, pilotos de Formula 1. Sin embargo el mayor reto al que se enfrentarán juntos como equipo será crecer y cuidar a su familia. Como padres primerizos tienen millones de dudas y miedo en sus cabeza...